16.7.13

Sarcoma de Kaposi



Em Moçambique, a luta contra a Aids é diária: cerca de 11,5% da população do litoral sul do país africano estão vivendo com o vírus. Muitas dessas pessoas sofrem com complicações relacionadas à sua condição, como o sarcoma de Kaposi, um tipo de câncer que causa lesões dolorosas que podem desfigurar sua pele. Em Maputo, capital do país, MSF atua em parceria com o Ministério da Saúde para tratar pacientes que sofrem com complicações com essa.

Na tumultuada região de Chamanculo, em Maputo, a organização humanitária internacional Médicos Sem Fronteiras (MSF) está oferecendo cuidados de saúde gratuitos no Centro de Referência do Alto-Maé (CRAM). O CRAM opera como instalação intermediária entre a principal área do hospital e o centro de saúde primária. Oferece suporte técnico e habilidades à unidade de cuidados de saúde primária no manejo de pessoas com HIV/Aids que apresentem complicações. O CRAM também alivia a pressão sobre o hospital, uma vez que dá vazão à sobrecarga de pessoas. 

No CRAM, há uma unidade de quimioterapia que trata pessoas com o sarcoma de Kaposi. É doloroso para a pessoa afetada e há grande estigma em torno da doença devido às ferimentos que causa à pele. Tais ferimentos são suscetíveis a infecções secundárias, que podem também causar um cheiro adverso.

Embora o tratamento antirretroviral (ARV) seja amplamente acessível na capital urbana de Moçambique, o sarcoma de Kaposi ainda afeta muitas pessoas na região. Isso pode ser consequência da falta de uma detecção precoce da doença: o Kaposi é frequentemente identificado em estágios avançados, quando os pacientes chegam às instalações de cuidados de saúde primária com lesões dolorosas e visíveis. Uma das prioridades de MSF na cidade, além de tratar essa doença desfigurante, é melhorar sua detecção precoce.

Se não fosse pelo CRAM, as pessoas afetadas pelo Kaposi teriam de passar pelos centros de saúde primária da cidade apenas para serem referidas ao hospital, onde talvez precisassem aguardar por horas ou mesmo dias para receber atenção. Não há garantia que nenhuma das instalações estariam equipadas para lidar com esse tipo de complicação, à medida que as habilidades técnicas, ferramentas e medicamentos podem estar em falta nas estruturas de saúde em Moçambique. No CRAM, centenas de pessoas que sofrem com complicações relacionadas à Aids, como o Kaposi, tratamentos fracassados ou coinfecção, são atendidas por profissionais de saúde a cada mês. Atualmente, 400 pessoas com o sarcoma de Kaposi estão sendo tratadas no estabelecimento.

Abaixo, uma pessoa em tratamento para o sarcoma de Kaposi conta sua história:
 
 
Angelina*, 34

“Eu comecei o tratamento em 2007 em outro centro de saúde no norte. Fui transferida de lá para o centro de referência. Quando comecei o tratamento, os ferimentos em minhas pernas machucavam muito. Mas me sinto bem melhor do que antes; não tenho mais dores, mas sinto coceiras o tempo todo. Algumas vezes, eu acordo no meio da noite com a sensação e não consigo mais dormir. Já tive ferimentos em minha pele causados por infecções secundárias ao HIV. Já aconteceu de eu cocá-los a ponto de ver a nova camada de pele embaixo deles. A pele voa como poeira.

Em casa, uso roupas normais, mas nas ruas, ou se vou usar transporte público, me cubro; uso mangas compridas e saias longas por causa das pessoas. Perguntam-me ‘o que você tem?’ e eu não gosto mesmo disso. No ônibus, as pessoas perguntariam sobre a minha condição – com toda a minha explicação, as pessoas saberiam, de toda forma, que é ‘aquela doença’, como nos chamamos – HIV. Minha família sabe que tenho a doença, meu marido, meus primos e amigos, e eles podem me ajudar se eu precisar deles. 
O tratamento não é difícil. É difícil para aqueles que não querem ser tratados. Mas para alguém que quer ser tratado ou quer cuidar de seus filhos, não é. Tenho três filhos em casa. Se você tem uma família para cuidar, você tem de se tratar e melhorar.”

*O nome foi alterado para proteger a privacidade 

30.6.13

Elogio de Nelson Mandela



Nelson Mandela, el político más admirable de estos tiempos revueltos, agoniza en un hospital de Pretoria y es probable que cuando se publique este artículo ya haya fallecido, pocas semanas antes de cumplir 95 años y reverenciado en el mundo entero. Por una vez podremos estar seguros de que todos los elogios que lluevan sobre su tumba serán justos, pues el estadista sudafricano transformó la historia de su país de una manera que nadie creía concebible y demostró, con su inteligencia, destreza, honestidad y valentía, que en el campo de la política a veces los milagros son posibles.

Todo aquello se gestó, antes que en la historia, en la soledad de una conciencia, en la desolada prisión de Robben Island, donde Mandela llegó en 1964, a cumplir una pena de trabajos forzados a perpetuidad. Las condiciones en que el régimen del apartheid tenía a sus prisioneros políticos en aquella isla rodeada de remolinos y tiburones, frente a Ciudad del Cabo, eran atroces. Una celda tan minúscula que parecía un nicho o el cubil de una fiera, una estera de paja, un potaje de maíz tres veces al día, mudez obligatoria, media hora de visitas cada seis meses y el derecho de recibir y escribir sólo dos cartas por año, en las que no debía mencionarse nunca la política ni la actualidad. En ese aislamiento, ascetismo y soledad transcurrieron los primeros nueve años de los veintisiete que pasó Mandela en Robben Island.

En vez de suicidarse o enloquecerse, como muchos compañeros de prisión, en esos nueve años Mandela meditó, revisó sus propias ideas e ideales, hizo una autocrítica radical de sus convicciones y alcanzó aquella serenidad y sabiduría que a partir de entonces guiarían todas sus iniciativas políticas. Aunque nunca había compartido las tesis de los resistentes que proponían una “África para los africanos” y querían echar al mar a todos los blancos de la Unión Sudafricana, en su partido, el African National Congress, Mandela, al igual que Sisulu y Tambo, los dirigentes más moderados, estaba convencido de que el régimen racista y totalitario sólo sería derrotado mediante acciones armadas, sabotajes y otras formas de violencia, y para ello formó un grupo de comandos activistas llamado Umkhonto we Sizwe, que enviaba a adiestrarse a jóvenes militantes a Cuba, China Popular, Corea del Norte y Alemania Oriental.



Debió de tomarle mucho tiempo —meses, años— convencerse de que toda esa concepción de la lucha contra la opresión y el racismo en África del Sur era errónea e ineficaz y que había que renunciar a la violencia y optar por métodos pacíficos, es decir, buscar una negociación con los dirigentes de la minoría blanca —un 12% del país que explotaba y discriminaba de manera inicua al 88% restante—, a la que había que persuadir de que permaneciera en el país porque la convivencia entre las dos comunidades era posible y necesaria, cuando Sudáfrica fuera una democracia gobernada por la mayoría negra.

En aquella época, fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, pensar semejante cosa era un juego mental desprovisto de toda realidad. La brutalidad irracional con que se reprimía a la mayoría negra y los esporádicos actos de terror con que los resistentes respondían a la violencia del Estado, habían creado un clima de rencor y odio que presagiaba para el país, tarde o temprano, un desenlace cataclísmico. La libertad sólo podría significar la desaparición o el exilio para la minoría blanca, en especial los afrikáners, los verdaderos dueños del poder. Maravilla pensar que Mandela, perfectamente consciente de las vertiginosas dificultades que encontraría en el camino que se había trazado, lo emprendiera, y, más todavía, que perseverara en él sin sucumbir a la desmoralización un solo momento, y veinte años más tarde, consiguiera aquel sueño imposible: una transición pacífica del apartheid a la libertad, y que el grueso de la comunidad blanca permaneciera en un país junto a los millones de negros y mulatos sudafricanos que, persuadidos por su ejemplo y sus razones, habían olvidado los agravios y crímenes del pasado y perdonado.

Habría que ir a la Biblia, a aquellas historias ejemplares del catecismo que nos contaban de niños, para tratar de entender el poder de convicción, la paciencia, la voluntad de acero y el heroísmo de que debió hacer gala Nelson Mandela todos aquellos años para ir convenciendo, primero a sus propios compañeros de Robben Island, luego a sus correligionarios del Congreso Nacional Africano y, por último, a los propios gobernantes y a la minoría blanca, de que no era imposible que la razón reemplazara al miedo y al prejuicio, que una transición sin violencia era algo realizable y que ella sentaría las bases de una convivencia humana que reemplazaría al sistema cruel y discriminatorio que por siglos había padecido Sudáfrica. Yo creo que Nelson Mandela es todavía más digno de reconocimiento por este trabajo lentísimo, hercúleo, interminable, que fue contagiando poco a poco sus ideas y convicciones al conjunto de sus compatriotas, que por los extraordinarios servicios que prestaría después, desde el Gobierno, a sus conciudadanos y a la cultura democrática.

Hay que recordar que quien se echó sobre los hombros esta soberbia empresa era un prisionero político, que, hasta el año 1973, en que se atenuaron las condiciones de carcelería en Robben Island, vivía poco menos que confinado en una minúscula celda y con apenas unos pocos minutos al día para cambiar palabras con los otros presos, casi privado de toda comunicación con el mundo exterior. Y, sin embargo, su tenacidad y su paciencia hicieron posible lo imposible. Mientras, desde la prisión ya menos inflexible de los años setenta, estudiaba y se recibía de abogado, sus ideas fueron rompiendo poco a poco las muy legítimas prevenciones que existían entre los negros y mulatos sudafricanos y siendo aceptadas sus tesis de que la lucha pacífica en pos de una negociación sería más eficaz y más pronta para alcanzar la liberación.

Pero fue todavía mucho más difícil convencer de todo aquello a la minoría que detentaba el poder y se creía con el derecho divino a ejercerlo con exclusividad y para siempre. Estos eran los supuestos de la filosofía del apartheid que había sido proclamada por su progenitor intelectual, el sociólogo Hendrik Verwoerd, en la Universidad de Stellenbosch, en 1948 y adoptada de modo casi unánime por los blancos en las elecciones de ese mismo año. ¿Cómo convencerlos de que estaban equivocados, que debían renunciar no sólo a semejantes ideas sino también al poder y resignarse a vivir en una sociedad gobernada por la mayoría negra? El esfuerzo duró muchos años pero, al final, como la gota persistente que horada la piedra, Mandela fue abriendo puertas en esa ciudadela de desconfianza y temor, y el mundo entero descubrió un día, estupefacto, que el líder del Congreso Nacional Africano salía a ratos de su prisión para ir a tomar civilizadamente el té de las cinco con quienes serían los dos últimos mandatarios del apartheid: Botha y De Klerk.

Cuando Mandela subió al poder su popularidad en Sudáfrica era indescriptible, y tan grande en la comunidad negra como en la blanca. (Yo recuerdo haber visto, en enero de 1998, en la Universidad de Stellenbosch, la cuna del apartheid, una pared llena de fotos de alumnos y profesores recibiendo la visita de Mandela con entusiasmo delirante). Ese tipo de devoción popular mitológica suele marear a sus beneficiarios y volverlos —Hitler, Stalin, Mao, Fidel Castro— demagogos y tiranos. Pero a Mandela no lo ensoberbeció; siguió siendo el hombre sencillo, austero y honesto de antaño y ante la sorpresa de todo el mundo se negó a permanecer en el poder, como sus compatriotas le pedían. Se retiró y fue a pasar sus últimos años en la aldea indígena de donde era oriunda su familia.

Mandela es el mejor ejemplo que tenemos —uno de los muy escasos en nuestros días— de que la política no es sólo ese quehacer sucio y mediocre que cree tanta gente, que sirve a los pillos para enriquecerse y a los vagos para sobrevivir sin hacer nada, sino una actividad que puede también mejorar la vida, reemplazar el fanatismo por la tolerancia, el odio por la solidaridad, la injusticia por la justicia, el egoísmo por el bien común, y que hay políticos, como el estadista sudafricano, que dejan su país, el mundo, mucho mejor de como lo encontraron.

13.6.13

La última frontera ambiental


Las vacas son una especie de travelcheck para la gente de Chigubo, en Mozambique. A nuestros ojos, parece absurdo que mantengan unos rebaños que apenas usan para labrar los campos sedientos de maíz y mexoeira. A menudo tienen también una función social, tantas vacas tienes, tanto vales en el escalafón social, y llegan a viejos sin probar la carne que tanto les ha costado ver crecer. Pero cuando vives en un territorio cíclicamente asolado por las sequías, donde la economía monetaria no existiría si no hubiera que pagar la gasolina o los libros de texto de los niños, la única manera de movilizar tu patrimonio y tenerlo siempre a mano es que éste tenga cuatro patas y camine contigo hasta la próxima laguna con agua potable, llegado el caso.

"La gente tiene recursos y no lo sabe. Deben pensar en sus hijos y su alimentación, pueden sacrificar una vaca perfectamente para comer. Este es el cambio que tenemos que conseguir hacer ", sostiene el técnico agropecuario estatal. Eso o abrir el grifo del subsuelo y explotar los recursos de otra manera. África Austral se encuentra ante un momento clave en su historia. Podemos mantener un sistema que ha sabido vivir equilibradamente pero donde hay que incorporar muchas mejoras (agua o alimentación, por ejemplo), o bien prepararnos para atravesar la que probablemente sea la última frontera ambiental.

Las empresas occidentales no dejan de encontrar gas natural en Mozambique. El último yacimiento localizado le supondrá asegurar diez años de abastecimiento a Portugal, a través de la empresa GALP. ¿Recuerdan el último viaje de la Reina Sofía por estas latitudes? Probablemente REPSOL no toque el pastel, pero hay que licuar el gas para transportarlo hacia Oriente, la fábrica del mundo, y eso son negocios para la ingeniería patria: entre la americana Anadarko y la italiana ENI invertirán 52.000 millones de euros, en un país con un PIB de 9.500 millones de euros. Todo para poner en valor unas reservas gasísticas de unas dimensiones igual de alucinantes: solo Mozambique tendría tanto de gas como Libia o Kuwait.

Elijan, la píldora azul o la roja. ¿Hay margen para que mejorando la gobernabilidad del país y la rendición de cuentas esos recursos tengan un impacto positivo en el país? El problema es que la historia es tozuda y convertir capital natural en financiero sin producir nada solo hace menos transparentes y democráticos a los países. Con el carbón, de hecho, ya se está viendo qué puede pasar. En Tête ya han comenzado a desplazar a su población por miles a las poca zonas que no serán explotadas pero que tampoco son aptas para la agricultura. Claro que, para eso, el gobierno y los inversionistas japoneses y brasileños ya tienen un plan: el ProSavana desarrollará megaplantaciones de 30-40 mil Ha de soja y maíz para exportación, en una extensión total de 14 millones de Ha, evidentemente sobre las tierras que ahora sirven para la población local. Los desplazamientos de campesinos en Tête, comparados con los que esto provocará en Nacala serán poco más que una excursión de domingo.
Seguramente algunos han elegido ya por el resto. Cambiarán las vacas por un pasaje para ir a trabajar a esos campos de carbón. Alguien llevará una gran tubería de agua y plantará soja, donde ahora se ve bosque, para alimentar a otras vacas que nunca conocerán, pero que comprarán hechas filetes en un supermercado con el sueldo de mineros. Eso si no se contagian de sida en las minas o una facción revolucionaria inaugura una nueva Biafra. Piense un minuto en todo esto y en la última frontera si celebraron el Día del Medio Ambiente.

 Miquel Carrillo (@MiquelCarr) desde Mozambique.

18.5.13

El muerto

Me entero en tiempo real —abro el diario en la web y brota el título, subido en ese minuto: “Murió Jorge Rafael Videla, símbolo de la dictadura militar”— y lo primero que siento es una lejana taquicardia. Después, una procesión de recuerdos que, comparados con los que recuerdan otros —hijos de desaparecidos, sobrevivientes, exiliados, militantes profundos— son de una inocuidad y una inocencia vergonzosas. Nada demasiado puntual, más bien un perfume de época: Videla como el rostro que tiñó de horror gris la infancia y la primera adolescencia de los que por 1976, cuando empezó la dictadura militar que él encabezaba, teníamos nueve años. Nuestros padres enterrando libros en el patio de la casa; los nombres de ciertos amigos de la familia circulando con una cautela de cristal; los adultos viajando a Uruguay para ver las películas que el régimen prohibía. La cara sin pintar en el colegio, el pelo recogido, la obligatoria falda: una pubertad acorralada, un cotillón del mal, si se lo compara con la bestialidad de los recuerdos que guardan otros. Pero lo primero es eso: una lejana taquicardia, una gris procesión.

Después pienso que, ahora que Videla ha muerto, muchos van a decir lo que debe decirse: que la muerte, ni siquiera esta, alivia. Que la muerte nunca puede ser una buena noticia. Y yo —yo— creo que la muy mala noticia de esta muerte es, en realidad, la información que retacea: todo lo que Videla —que nunca se arrepintió de nada, que siempre reivindicó la metodología de esa maquinaria de estado que tragaba gente y escupía sus huesos— se lleva con él. Datos, nombres, fechas, sitios. Todo lo que no dijo que ya no dirá. (Porque, condenado primero, indultado después, vuelto a condenar más tarde, nadie hizo, con él, lo que él hizo que se hiciera con otros: obligar a decir).

Después pienso lo que he pensado siempre: que Jorge Rafael Videla, cabeza de la dictadura militar que empezó en la Argentina en 1976 y que estableció el secuestro y la desaparición de mujeres y hombres, y la tortura de la carne como método y política de estado, era argentino: hijo de argentinos, vecino de argentinos, educado en colegios argentinos, amigo (amigo) de argentinos, colega de militares argentinos, cliente de comercios y bancos y kioscos argentinos, usuario de medios de transporte público argentinos. Jorge Rafael Videla no llegó a este país con convicciones, ideas o comentarios escuchados o aprendidos en el Polo Norte o en los anillos de Saturno. Nació en un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires, tercero de cinco hijos, fruto de la unión entre un coronel y su mujer. Quiero decir que Videla se hizo acá: que acá fue donde, en algún momento, todo lo que vino después —el golpe de estado, el secuestro, la desaparición, la tortura, la aniquilación de cuerpos y de pensamientos, el robo de niños— empezó a parecer —a parecerle— lógico y posible: un plan coherente. Un plan.

Y pienso, finalmente, esto: a la hora en que escribo esta columna, el viernes 17 de mayo de 2013, los más contundentes diarios de la Argentina tienen la noticia central, que anuncia la muerte de Jorge Rafael Videla, cerrada a los comentarios de los lectores. Y yo me pregunto qué es lo que, todavía, no podemos decir. Qué es lo que, todavía, no somos capaces de escuchar. Cómo es que, aún, no hemos encontrado la manera.

Leila Guerriero (Junín, 1967) es periodista argentina, autora de Frutos Extraños (Alfaguara) y Plano Americano (Universidad Diego Portales)

13.5.13

And the stars look very different toda-a-a-ay




This is major Tom to ground control, I'm stepping through the door
And I'm floating in a most peculiar way
And the stars look very different today
Here am I sitting in a tin can far above the world
Planet Earth is blue and there's nothing I can do 



El comandante Chris Hadfield se despide de la Estación Espacial Internacional con su propia versión de "Space Oddity" de David Bowie.


Valio la pena tantos dias de silencio

13.4.13

“Aux pays poivrés et détrempés”

 


Pocas cosas deben ser tan misteriosas como la vida de Rimbaud. Con solo 20 años publicó uno de los libros mas revolucionarios de la literatura para luego abandonar para siempre la literatura y dedicar el resto de su vida al trafico de armas, marfil y cafe en el cuerno de africa. El porque de estas decisiones y esta vida tan definitiva nunca fueron del todo explicados pero hay un pequeño viaje, pero muy significativo, a la isla de Java del que hay muy poca información. De esto se ocupa Jamie James, quien pesquisa todos los hechos relacionados con el episodio donde el joven poeta hacia finales de mayo de 1876 se enlistó como mercenario en el ejército colonial holandés y viajó en barco hasta las Indias Orientales. Poco después de arribar a su guarnición en la zona central de Java desertó y se esfumó en la jungla. Desde ese momento hasta que reapareció en Francia, a finales de aquel año, no se sabe nada de su paradero. De este modo, y a partir de conjeturas acerca de lo que el poeta pudo haber hecho, reconstruye y recrea la vida durante el siglo XIX en Java. El libro termina con una inquisición exhaustiva acerca de lo que Oriente significó en la imaginación del poeta, en paralelo con la entretenida, por momentos escandalosa historia del orientalismo francés, siempre entre la pose y el exabrupto colonialista.  

Un libro exquisito.

3.4.13

El Facebook de Cortázar

¿Y Julio Cortázar? Ninguno como él para aprovechar al máximo las redes sociales. No solo tendría una cuenta de Facebook o Twitter, sino de cualquier plataforma que apareciese, aunque solo fuera por curiosidad. Incluso, se me ocurre, tendría varias cuentas de Facebook, y aprovecharía la cuentas falsas para crear conversaciones y situaciones absurdas, cómicas o complejas en su cuenta real. ¿Quién escribe esto y contesta lo otro? Intervendría en todas las conversaciones (incluso en el consejo sobre el mejor método para sacar manchas de grasa), pondría centenares de "Me Gusta", colgaría videos de YouTube de jazz, situaciones extrañas, bromas y gatos. Compartiría memes divertidos. Hablaría de todo, incluso de deporte. Sus estatus políticos serían serios pero también escribiría textos divertidos, con el humor del libro de cronopios, o mostrando el lado ridículo de la seriedad como en Último round. Obviamente, lo suyo sería el juego de palabras. Sería adicto al Instagram. Subiría fotos de objetos, carteles, personas, paisajes, animales, todos fotografiados con su iPhone mientras pasea y acompañados por textos breves o titulados con ingenio. Su cuenta de Pinterest sería, simplemente, espléndida, de visita obligatoria, como un museo maravilloso donde cada foto es un hallazgo. Sus enlaces seguirían la misma lógica del asombro ante el absurdo del mundo. "Juegos de la imaginación, dice el señor cuerdo que nunca falta entre los locos" dijo alguna vez Cortázar, arrastrando las erres. Juegos de la imaginación también los míos, sin duda. El Facebook de Cortázar. ¿A quién se le ocurre?


Ivan Thays en Vano oficio, el resto acá.

25.3.13

El trauma de la isla del tesoro


Pero detengámonos un minuto para pensar en el increíble hecho de que los refugios fiscales como Chipre, las islas Caimán y muchos más sigan funcionando más o menos igual que antes de la crisis financiera mundial. Todo el mundo ha visto el daño que los banqueros fuera de control pueden infligir, pero así y todo, gran parte del negocio financiero mundial sigue canalizándose a través de jurisdicciones que permiten a los banqueros esquivar hasta las normativas más suaves que hemos establecido. Todo el mundo se lamenta por los déficits presupuestarios, pero a pesar de ello, las sociedades anónimas y los ricos siguen utilizando libremente los paraísos fiscales para evitar pagar impuestos como la gente de a pie.
Así que no lloren por Chipre; lloren por todos nosotros, que vivimos en un mundo cuyos líderes parecen decididos a no aprender de los desastres.

Chipre x Krugman, aca.

24.3.13

El murmullo


Una crónica del 24 de marzo distinta.

Por mas libros que lea, discos que escuche o ideas que profese nunca voy a ser de los 70`. Que se debería haber hecho, como se debería haber hecho o si hicieron o no lo suficiente es algo complejo de juzgar.

Carlos Gamerro nos cuenta el día que descubrió lo que pasaba.


"..Ahora viene la parte más difícil. Yo no sabía lo que estaba pasando. No sé cómo había hecho hasta ese momento para no saber, pero no sabía. En mi casa no se hablaba del tema. En la escuela no se hablaba del tema. En la calle no se hablaba del tema. En la prensa no se hablaba del tema, salvo en el Buenos Aires Herald, que no leíamos en casa, pero que muchos leerían en la escuela (sobre todo nuestros profesores de la sección inglés, en su mayoría extranjeros, que debían recibir instrucciones precisas, porque nunca ninguno habló del tema). De eso trata esta breve crónica. Del día en que supe..."

 El resto, acá.


 

Tuberculosis: Manifiesto "Diagnostícame, Trátame"

Hoy se conmemoran varias cosas, entre ellas el día mundial de la tuberculosis, Médicos Sin Fronteras (MSF) difunde el manifiesto de los pacientes y profesionales de la salud que trabajan con esta enfermedad.




"NOSOTROS, las personas infectadas con la Tuberculosis resistente a los medicamentos (DR-TB por sus siglas en inglés en inglés), vivimos en todas partes del mundo.

La mayoría de nosotros contrajimos la DR-TB debido a las precarias condiciones en las que vivimos. Sin diagnosticar, esta enfermedad se propaga entre nosotros con gran rapidez. Si no se trata, nos mata. Pero en los países donde vivimos, raras veces disponemos de diagnósticos precisos y rápidos, y sólo uno de cada cinco de nosotros recibe tratamiento efectivo contra la DR-TB.

Quienes tenemos la ‘suerte’ de recibir tratamiento tenemos que vivir una odisea de dos años con 20 píldoras diarias y una dolorosa inyección cada día durante ocho meses, que apenas nos permite permanecer sentados o tendidos. A la mayoría de nosotros, el tratamiento nos hace sentir peor que la propia enfermedad, pues nos provoca náuseas, dolores corporales, y sarpullidos. Los medicamentos provocan en muchos de nosotros sordera permanente y algunos desarrollamos psicosis.

Para la mayoría de nosotros, la vida, tal como la conocíamos, ha cambiado radicalmente. No podemos trabajar ni ocuparnos de nuestros seres queridos ni de ir a la escuela. A menudo, se nos estigmatiza y excluye.

Sobrevivir al tratamiento es todo un reto en sí mismo, un reto que muchas personas no consiguen sobrellevar. Pero no nos queda otra elección si queremos vivir. Así que tenemos que ser valientes y fuertes y tener la esperanza de que vamos a curarnos. Necesitamos todo el apoyo posible de nuestro personal sanitario, nuestra familia y nuestros amigos para poder completar nuestro tratamiento.

Y aún así, sólo la mitad de nosotros consigue ser tratado con éxito con los actuales regímenes de tratamiento. Por cada persona con TB resistente a los medicamentos que firma este manifiesto, hay otra persona que ya no puede hacerlo. Lo que pedimos aquí por tanto es también en honor a su memoria.

NOSOTROS, el personal sanitario que dispensa atención médica a personas con DR-TB, consideramos inaceptable que las únicas opciones de tratamiento que podemos ofrecer a las personas afectadas causen tanto sufrimiento, especialmente cuando las probabilidades de curación son tan escasas. No nos queda otra elección más que hacer malabarismos combinando medicamentos en su mayoría inefectivos y tóxicos, mientras hacemos todo lo que está en nuestras manos para manejar unos efectos secundarios debilitantes y ofrecer todo el apoyo y asesoramiento posible con recursos limitados.

Mientras la epidemia no deja de propagarse, cada vez resulta más difícil hacer frente a la DR-TB. El tratamiento es demasiado largo, tóxico y costoso (sólo los medicamentos para tratar a una persona cuestan por lo menos 4.000 dólares americanos). Queremos salvar muchas vidas, pero para ello necesitamos urgentemente un tratamiento más corto, seguro y efectivo.

NOSOTROS, los abajo firmantes afectados con DR-TB y todos aquellos implicados en su asistencia, queremos dar la voz de alarma sobre las devastadoras consecuencias que esta enfermedad tiene para todos nosotros, nuestras familias y nuestras comunidades en todo el planeta y, por lo tanto, exigimos:

1) Acceso universal a diagnóstico y tratamiento de la DR-TB ya: de manera que quien lo necesite pueda acceder a un diagnóstico rápido y preciso, y a un buen tratamiento cerca de sus hogares.

2) Mejores regímenes de tratamiento: la comunidad investigadora en el campo de la TB, incluidos institutos de investigación y compañías farmacéuticas, tienen que desarrollar de inmediato regímenes de tratamiento de la DR-TB efectivos, más tolerables, más cortos y asequibles.

3) Más apoyo financiero para incrementar el tratamiento de la DR-TB, y el compromiso de apoyar la investigación de cara al desarrollo de mejores tratamientos:

Nosotros como pacientes y proveedores de salud nos comprometemos a:

Fomentar entre nosotros la necesidad de hacernos la prueba de la TB, y cumplir con la atención y el tratamiento.

Proteger a las personas que están cerca de nosotros de la transmisión de la TB.

Hacer que nuestros gobiernos asuman su parte de responsabilidad y respondan a la crisis.

Compartir nuestras historias para mejorar la sensibilización sobre la TB y reducir el estigma en nuestras comunidades."

Para firmar el manifiesto, ingresá a
msfaccess.org/TBmanifesto/

19.3.13

Francisco I x il corvino

El impacto del nombramiento fue muy curioso, ni siquiera en el panel de 678, sino en los altos mandos kirchneristas. Hasta ese día, y con razón, Bergoglio tenía peor fama que las impresoras Hewlett Packard. De repente se convirtió en un Papa peronista. Incluso por sus primeras performances papales, Bergoglio parece un discípulo de Néstor: pogo con los feligreses, look casual, gambeta corta al protocolo. De "un flaco como cualquiera" a "un pelado como cualquiera". Por si hacía falta, uno puede afirmar nuevamente que los kirchneristas están locos, pero no son boludos. Podemos combatir a De Angeli, a Blumberg, a Cleto Cobos. Figuras mediáticas que acapararon la libido opositora pero que individualmente no pudieron capitalizar su auge psico-social en ninguna elección. Diferente es salirle con los tapones de punta al Papa. Esta actitud, que emocionalmente puede ser calificada como "veletismo" y políticamente como inteligencia, marca un pequeño conflicto en el seno de la vanguardia iluminada del kirchnerismo. Los que, antes de Francisco I, ya eran más papistas que el Papa. Esos tipos raros que quieren marcar la cancha desde una cuenta de twitter y, mientras hacen alarde de tener toda la información, le piden aborto a una presidenta católica.

El resto, aca.

6.3.13

Chavez x Garcia Marquez



"...Fue un discurso breve, inspirado en Bolívar y Martí, pero con una cosecha personal sobre la situación de presión e injusticia de América latina transcurridos doscientos años de su independencia. Los oficiales, los suyos y los que no lo eran, lo oyeron impasibles. Entre ellos, los capitanes Felipe Acosta Carle y Jesús Urdaneta Hernández, simpatizantes de su movimiento. El comandante de la guarnición, muy disgustado, lo recibió con un reproche para ser oído por todos: "Chávez, usted parece un político".

"Entendido", le replicó Chávez.

Felipe Acosta, que medía dos metros y no habían logrado someterlo diez contendores, se paró de frente al comandante, y le dijo: "Usted está equivocado, mi comandante. Chávez no es ningún político. Es un capitán de los de ahora, y cuando ustedes oyen lo que él dijo en su discurso se mean en los pantalones".
El resto de la nota, aqui.

4.3.13

Mama Africa

              
Adonde quiera que estes...como te recordamos! En Mozambique tambien descubrí que cantabas "A luta continua" mezclada con Pata Pata.

20.2.13

El viento que arrasa



Un reverendo y su hija en constante peregrinación por el norte santafesino y el Chaco, un mecánico y un supuesto hijo. Montes, espinillos y chañares, autos rotos, perros emaciados. Locura encubierta, entreveros, cerveza helada y tormentas.

Una  novela que vale la pena.

19.2.13

El blog solidario

Una pequeña crónica de mi viaje a Chokwe por las inundaciones en clave española (el "Como ya habréis leído" me mata) que se publicó en el Blog Solidario y en algunos otros lugares.

18.2.13

Segunda Feira



Vi esto en lo de Enrique y me parecio que ya era tiempo de poner una convergencia.

13.2.13

Notas

En fin, luego de algunos días en una ciudad completamente inundada tengo varias notas empezadas, algunas que podría decir que están terminadas, o no, pero también podría decir que ninguna termina aún de dar con lo que quiero o para subir a este blog. Qué hacer entonces, eliminar todo y empezar a escribir todo de vuelta. Lo que tenga que permanecer en este blog, lo que sirva y algunas fotos, seguramente quede; y lo otro volverá a la nada.

4.2.13

Lo que nos dejo enero

A la fin du mois de janvier, de fortes pluies se sont abattues sur l’est de l’Afrique australe et ont provoqué de graves inondations dans la région du fleuve Limpopo. À ce stade, la situation semble la plus critique au Mozambique, où de vastes zones de la province de Gaza restent inondées par le fleuve Limpopo et ses affluents. Les autorités ont donné l’alerte le 22 janvier. Selon les chiffres officiels, environ 240 000 personnes ont été touchées, 146 000 d’entre elles ont trouvé refuge dans presque 30 camps temporaires et 48 personnes sont décédées depuis le 28 janvier.
Le 29 janvier, MSF, qui est présente dans la capitale Maputo avec des programmes contre le VIH/sida, a commencé une mission de reconnaissance dans le sud du Mozambique, à Chokwe, Guija et Xai Xai, quelques-uns des endroits où la situation est la plus grave. A Chokwe, bien que l’eau commence à se retirer, environ 114 000 habitants résident toujours dans dix camps provisoires. Le 29 janvier, une équipe de MSF a évalué la situation à Chaquelane, le plus grand de ces camps qui accueille environ 50 000 déplacés. La plus grave préoccupation concerne l’assainissement, car il n’y a actuellement que 60 latrines.

«Un paysage d’après-guerre»

«La ville de Chokwe donne l’impression d’un paysage d’après-guerre. Dans le centre-ville, il y a des problèmes évidents liés à l’assainissement et à l’hygiène à cause de l’eau stagnante sale et la présence d’animaux morts dans les rues», explique Lucas Molfino, coordinateur médical pour MSF au Mozambique.
Dans les districts de Chokwe, seuls six des 23 centres de santé fonctionnent encore. La plupart des médicaments et le petit matériel médical tel que les pansements ou les seringues ont été détruits. Le ravitaillement est rendu difficile par le fait que de nombreuses rues sont toujours coupées. Même si l’approvisionnement en médicaments antirétroviraux semble assuré, les inondations pourraient affecter les soins pour les personnes vivant avec le VIH/sida. En effet, plus aucune consultation n’est dispensée à Gaza, alors que la province présente la plus forte prévalence du VIH/sida du Mozambique. Jusqu’à ce que le ministère de la Santé puisse reprendre pleinement ses services, une équipe MSF a commencé à dispenser des consultations à l’hôpital pour les habitants qui sont de retour chez eux.

Aussi au Malawi, en Afrique du Sud et au Zimbabwe

Dans le sud du Malawi, des milliers de familles ont été déplacées et vivent maintenant dans des camps, souvent mis en place dans des écoles primaires. Dans le district de Nsanje, MSF a contribué à améliorer l’hygiène et l’accès à l’eau dans les camps en construisant des toilettes et des douches temporaires, en réparant des points d’eau hors d’usage et en menant des actions de sensibilisation sur les mesures d’hygiène. En outre, des produits non-alimentaires, comme du savon, des seaux, des couvertures et des moustiquaires, ont été distribués aux populations déplacées. Les équipes de MSF ont fait don de stocks de médicaments aux agents de santé communautaires locaux. Ces derniers ont vu le nombre de leurs consultations plus que tripler. L’immense majorité des patients sont des enfants de moins de cinq ans qui se plaignent de diarrhées ou de fièvre.
En raison du débordement du fleuve Limpopo, environ 800 personnes ont aussi été évacuées à Musina, en Afrique du Sud. MSF a mis en place une clinique mobile durant les premiers jours de la crise. Au Zimbabwe, pour le moment, les autorités et d’autres acteurs couvrent correctement les besoins de la population touchée par les fortes pluies et MSF a seulement organisé une distribution de couvertures et de seaux dans les villages de Pumula et de Tsholotsho. L’organisation a aussi approvisionné en eau l’hôpital de Beitbridge et une autre clinique pendant deux jours.


16.1.13

13 Crocodiles Killed in an Operation in Mozambique

The Mozambican authorities killed 13 crocodiles last year in an effort to stop what they termed "animal-human conflict".

Radio Mozambique said Sunday that the operation follows the killing of 18 people by crocodiles in the northwestern province of Tete, at the end of last year.

The victims died in Mutarara, Cahora Bassa, Zumbo, Magie and Moatize, when they were fetching water in the region's rivers.

The operation also includes the collection of crocodile eggs along the river banks of Tete, including the Zambezi River, where there have been the most reported deaths.

In Matundo, the authorities are building a fence, using a shark-net, where there have been many reported cases of animal-human conflict.

In Tete province alone, more than 40 people were killed, not only by crocodiles, also by lions, elephants and leopards, according to the authorities.

The operation to hunt the killers is being carried out by the Wild Life Department of the Ministry of Agriculture.

The Mozambican government said that it is concerned about the phenomenon, which has been on the rise over the past several years.

The central province of Zambezia and the northern provinces of Cabo Delgado and Niassa also experienced deaths caused by wild animals.

15.1.13

"Soy Cristinista"





Maradona, en un asado en los Emiratos Arabes con la comitiva que acompana a Cristina Kirchner exclamo; "Banquemos a la Presidenta y al compañero Guillermo", exclamó. A lo cual agrego, "Soy Cristinista".

Nuevamente el gordismo y su practica de sincretismo desaforado: es peronista, guevarista, menemista, capitalista, anticlerical, religioso, medium, esotérico, cavalista y ahora Cristinista. Lo cual nos vuelve a confirmar, una vez, que en el fondo, el gordismo es conservador. Por razones no del todo claras y de formas indescriptibles el gordismo contacta con las fibras mas intimas de nuestro corazón y por eso, aunque nos mienta a cada paso y se contradiga a cada momento, hay una parte nuestra que nos dice que tenemos que estar de su lado...bueno, no a todos, a los que hacen comentarios en el foro de "La Nacion" no les cae muy bien que digamos.

Nacionalidad?
Puede poner contradictora Senor Juez?

12.1.13

Where Are We now?



           

¿Algo mejor para empezar este año que un nuevo disco de Bowie?