25.12.11

En un estado libre



En un estado libre cuenta con cuatro narraciones, que segun consta en la contrapa, cuentan la historia de personas que buscan la redencion lejos de casa. Como creo que es un tema que me toca de cerca el libro me interesaba y me generaba mucha curiosidad.  En primer lugar, la historia de un criado indio en Washington acompañando a su patrón diplomatico y entre otras cosas descubre el poco valor de la rupias hindues, el trabajo en negro y la posibilidad de la deportacion; después, la de un caribeño de origen indio que está en la cárcel por asesinato; luego, el centro de la narración titulado "En un estado libre" se traslada a África, a un país inventado que se parece a Uganda o Ruanda o algun otro país del africa oriental. Los protagonistas son ingleses, Bobby, un funcionario colonial homosexual y Linda, la esposa de un colega de Bobby que emprenden un viaje juntos desde la capital del país hasta su finca cercana a una ciudad provincial. África y ese pais en particular fue para ellos, hace tiempo, una experiencia liberadora y una forma de redencion, pero ahora los está agriando por momentos y ven como su vida tambalea y las opciones de futuro escasean. Es una época de conflictos tribales, y ellos deben emprender un largo viaje hasta la seguridad de su finca. Pero al fondo de este viaje acecha la amenaza de violencia y hay dialogos que van desde la enfermedad mental de Linda, la homosexualidad de Bobby, las nuevas condiciones políticas del pais con el nuevo regimen. Dialogos por momentos vividos pero un poco aburridos en general. 

Honestamente no la recomiendo y lei cosas mucho mejores de Naipul.

21.12.11

Cesaria Evora



Y entonces ella podía contar historias como la de Paulino y Camuche, que es como, bromeando, llamaba a sus ojos: "Dos hermanos que van juntos a todas partes. Uno es ciego, pero camina; el otro ve bien, pero no puede andar".

Leyendo las necrologicas me entero que cantaba descalza como forma de rebeldía ya que los colonizadores portugueses prohibían caminar por la acera a los caboverdianos que no podían comprarse un par de zapatos.

Over.

Las otras puertas

“Es cierto, cuando lo conocí a Cortázar le pedí cuentos para la revista y él me pidió relatos a mí. En el viaje en el que le mandé ‘Historia para un tal Gaido’ para allá, ‘Continuidad de los parques’ venía para acá, era como si el mismo cuento viajara por el mar de un lado a otro. Después lo hablamos en el ’73 cuando nos encontramos físicamente y a él le parecía totalmente natural que ocurrieran esas cosas. La primera vez que vino a casa, yo escuchaba Radio Nacional y, justo cuando él aparece entrando por la puerta, interrumpen el programa de música clásica y aparece el sonido de un saxo. Cortázar escucha, dice qué linda música y me agradece. El saxo era el de Charlie Parker, pero enseguida tuve que explicarle que, lamentablemente, no se trataba de un deliberado homenaje hacia él, sino que la radio sola se había puesto a tocar Charlie Parker. También tomó este hecho con total naturalidad”, explica Abelardo Castillo, quien dicho sea de paso fue el primero en descubrir que “El perseguidor”, efectivamente hablaba del saxofonista.

Abelardo Castillo, festejando los 50 años de la publicacion de "Las otras puertas", aqui

18.12.11

Cartas a un joven disidente



Medianoche en Maputo.
La Radio Television Portuguesa esta pasando un especial de Cesaria Evora-como la vamos a extrañar- y yo acabo de pedir a M. que nos viene a visitar que me traiga algunos libros de Hitchens, tal vez para releer algunos y con suerte leer los que me faltan. Quiero leer a Hitchens porque te enseña a vivir en libertad y desafiando al poder de turno o las costumbres, tradiciones y lugares comunes que encubren distintas formas de control. Como el post  que subí este mediodia, Hitchens tambien nos enseño a morir con dignidad. En los periodicos se reprodujeron numerosas frases suyas, a me me gustó especialmente una de su libro de memorias, Hitch 22: “No es cierto que jamás debas beber solo. Esos pueden ser los tragos más felices que trasegarás en tu vida”.

Un tipo como Hitch va a hacer mucha falta.
Buen viaje y hasta pronto.


Carta a un joven disidente, por C. H.



En su inquietante librito Minima moralia, Theodor Adorno escribió que sin duda se podía hacer una película artísticamente satisfactoria que cumpliese todas las limitaciones y condiciones impuestas por la Hays Office (el censor de Hollywood de entonces), pero sólo si no existía Hays Office. Siempre he entendido que esta brillante observación gnómica presupone las siguientes dos cosas: primera, que la virtud y el mérito pueden convertirse en lo opuesto si se exigen o imponen. Segunda, no es fiable ninguna descripción o definición de uno mismo. (Un funcionario del sindicato de transportes, a la pregunta durante una vista del Senado sobre si su sindicato era realmente poderoso, respondió reservada pero elegantemente diciendo que ser poderoso era un poco como ser elegante: “Si tienes que decir que lo eres, probablemente no lo eres.”)

A lo largo de nuestra correspondencia, he sido totalmente incapaz de sacudirme de encima una ligera sensación de impostura. Si me defines como una autoridad sobre el radicalismo, quizá seas víctima de una ilusión; si acepto tu invitación sin más, puede que me esté ridiculizando. Un temprano tutor mío en el periodismo radical, el fallecido James Cameron, confesó un día que cada vez que se dirigía a la máquina de escribir pensaba: “Hoy es el día en que van a descubrirme”. (Había sido el gran cronista de la independencia de la India, y cuando murió era el único hombre que había presenciado tres explosiones nucleares.) Cuando sufro esta mismísima aprensión, me consuela pensar que el Papa, la reina y el presidente despiertan todas las mañanas con un lacerante temor parecido. O que, si no es así, merecen que se dude y se desconfíe de ellos más aún, si fuera posible, de lo que yo ya dudo y desconfío de ellos.

O sea que no tengo perorata que hacer ni toque de clarín para cerrar estas páginas. Cuídate de lo irracional, por seductor que sea. Rehúye al “trascendente” y a todo aquel que te invite a subordinarte o aniquilarte. Recela de la compasión; prefiere la dignidad para ti mismo y para los demás. No tengas miedo de que te consideren arrogante o egoísta. Imagina a todos los expertos como si fuesen mamíferos. Nunca seas un espectador de la iniquidad o la estupidez. Busca la discusión y la disputa por sí mismas; la tumba suministrará cantidad de tiempo para el silencio. Sospecha de tus propios motivos y de todas las excusas. No vivas para los demás más de lo que esperases que los otros vivieran para ti.

Te dejaré con unas pocas palabras de George Konrad, el disidente húngaro que conservó su integridad durante unos tiempos crepusculares, y que sobrevivió a sus perseguidores escribiendo Antipolítica y El perdedor, y muchos otros ensayos y ficciones lapidarios. (Cuando, tras la emancipación de su país y su sociedad, fueron a ofrecerle la presidencia, dijo: “No, gracias”.) Escribió esto en 1987, cuando el amanecer parecía muy lejano:

Busca una vida vivida más que una carrera. Refúgiate en el buen gusto, La libertad vivida te compensará de unas cuantas pérdidas... Si no te gusta el estilo ajeno, cultiva el tuyo. Llega a conocer las mañas de la reproducción, sé tu propio editor incluso cuando conversas, y el placer del trabajo llenará tus días. Que así sea contigo, y que conserves la pólvora seca para futuras batallas, y que sepas cuándo y cómo reconocerlas.



El ensayista, periodista y feroz polemista Christopher Hitchens murió el viernes pasado, a los 62 años, después de un cáncer sobre cuyo tratamiento él mismo escribió copiosa, conmovedora y agudamente, retomando uno de los grandes temas que había abordado en sus últimos libros: la religión, la fe, el escepticismo y la figura de Dios. Antes, se había dedicado con igual pasión y espíritu confrontativo a la literatura y a la política. Estas líneas son el cierre del libro Cartas a un joven disidente (2001, edición en castellano por Anagrama), en el que alienta a futuras generaciones en el arte de la disidencia y la rebeldía intelectual, y que puede leerse como credo y legado.


El cáncer y la voz: las verdades no dichas, por Christopher Hitchens



He visto el momento de mi grandeza parpadear
Y he visto al eterno Lacayo tomar mi abrigo y reír por lo bajo
Y, en resumen, tuve miedo.
—T. S. Eliot, “The Love Song of J. Alfred Prufrock.”

(Traducción: Gabriel Pasquini)

Como muchas de las variadas experiencias de la vida, la novedad de un diagnóstico de cáncer maligno tiende a desvanecerse. La cosa comienza a palidecer, se vuelve incluso banal. Uno puede habituarse completamente al espectro del eterno Lacayo, como a un letal y viejo pesado que acecha en el pasillo al fin de la velada, con la esperanza de tener unas palabras. Y no objeto tanto que tome mi abrigo de tan marcada manera: como recordándome en silencio que es tiempo de marcharme. No, es esa risa por lo bajo la que me mata.

De forma mucho más regular, la enfermedad me ofrece un burlón “especial del día” o un sabor del mes. Puede ser dolores y úlceras al azar, en la lengua o en la boca. O ¿por qué no un toque de neuropatía periférica, que incluya pies adormecidos y congelados? La existencia diaria se vuelve una cosa de bebé, medida no en cucharaditas de Prufrock sino en pequeñas dosis de nutrición, acompañadas de los sonidos alentadores de los que miran, o discusiones solemnes sobre las operaciones del sistema digestivo, mantenidas con maternales extraños. En los días menos buenos, me siento como ese chanchito de pata de palo que pertenecía a una familia sádicamente sentimental, que sólo podía soportar comérselo de a un pedazo por vez. Excepto que el cáncer no es tan… considerado.
Lo que produjo más desánimo y alarma de todo, hasta ahora, fue el momento en que mi voz súbitamente se elevó a un aflautado chillido infantil (o, quizás, de chanchito). Luego comenzó a probar todos los registros, de un susurro áspero y ronco a un balido lastimero y como de papel. Y a veces amenazó, y ahora amenaza diariamente, con desaparecer del todo. Había vuelto justo de pronunciar un par de discursos en California, donde con la ayuda de morfina y adrenalina todavía pude “proyectar” con éxito mis sonidos, cuando hice un intento de llamar un taxi fuera de casa –y nada ocurrió. Me quedé paralizado, como un gato tonto que ha perdido abruptamente sus maullidos. Solía ser capaz de detener un taxi de Nueva York a 30 pasos. Podía también, sin la ayuda de un micrófono, llegar a la última fila y la galería de una sala de debates atestada. Y puede que no sea algo para vanagloriarse, pero alguna gente me dice que si su radio o televisión está “en el aire”, incluso en el cuarto contiguo, podrían siempre identificar mi tono y saber que también yo estoy “en el aire”.

Como la salud misma, la pérdida de algo semejante no puede ser imaginado hasta que ocurre. Como todo el mundo, he jugado a versiones del juvenil “¿Qué preferirías más?”, en el que más usualmente se debate si es más opresiva la ceguera o la sordera. Pero no recuerdo haber especulado nunca con quedar mudo (En el habla norteamericana, decir “Realmente odiaría ser dumb” [NdT: “Dumb” es “mudo”, pero también “bobo”] podría, en cualquier caso, causar otra risa por lo bajo). La privación de la capacidad de hablar es más como un ataque de impotencia o la amputación de una parte de la personalidad. En gran medida, en público y en privado, yo “era” mi voz. Todos los rituales y etiquetas de la conversación, desde aclarar la garganta en preparación del relato de un chiste extremadamente largo y exigente (en tiempos más jóvenes) para intentar que mis propuestas fueran más persuasivas, mientras hundía el tono en un estratégico octavo de vergüenza, eran innatos y esenciales para mí. Nunca he sido capaz de cantar, pero podía recitar poesía y citar prosa e, incluso, a veces, se me pedía que lo hiciera. Y el timing es todo: el momento exquisito en que uno puede cortar y coronar una historia, o dar vuelta una frase para causar risa, o ridiculizar a un oponente. Vivía para momentos como esos. Ahora, si quiero entrar en la conversación, tengo que atraer la atención de algún otro modo y vivir con la horrible realidad de que la gente me escucha “con simpatía”. Al menos no tienen que prestar atención mucho tiempo: no puedo sostenerlo y, en cualquier caso, no puedo soportarlo.
Cuando uno se enferma, la gente te envía CDs. A menudo, en mi experiencia, son de Leonard Cohen. Así que he aprendido recientemente una canción titulada “If It Be Your Will” (Si Fuera Tu Voluntad). Es un poco dulzona, pero es interpretada bellamente y comienza así:

If it be your will,
That I speak no more:
And my voice be still,
As it was before …
(Si fuera tu voluntad/ Que yo no hable más/ Y mi voz fuera todavía/ Como fue alguna vez…)

He descubierto que es mejor no escuchar esto tarde por la noche. Leonard Cohen es inimaginable sin, e inseparable de, su voz (Ahora dudo que puedan convencerme o pueda soportar oír esa canción interpretada por cualquier otro). De alguno modo, me digo, me las puedo arreglar comunicándome sólo por escrito. Pero esto es en verdad sólo por mi edad. Si me hubieran robado la voz antes, dudo que podría haber logrado mucho en la escritura. Tengo una enorme deuda con Simon Hoggart de The Guardian (hijo del autor de The Uses of Literacy [Los Usos del Alfabetismo]), quien hace unos 35 años me informó que un artículo mío estaba bien argumentado pero de un modo aburrido, y me aconsejó vivamente que escribiera “más como hablás”. Entonces, quedé casi sin habla por la acusación de ser aburrido y nunca le agradecí apropiadamente, pero con el tiempo comprendí que mi miedo a la autoindulgencia y al pronombre personal era una forma específica de indulgencia.

Más tarde solía abrir mis clases de escritura diciendo que cualquiera que pudiera hablar podía también escribir. Habiéndolos animado con esta escalera fácil de trepar, la sustituía luego con una enorme y odiosa serpiente: “¿Cuánta gente en esta clase, dirían ustedes, puede hablar? Quiero decir, realmente hablar”.  Eso tenía su debido efecto hiriente. Les decía que leyeran toda composición en voz alta, preferentemente a un amigo en que confiaran. Las reglas son bastante similares: Evite los cliché (como a la peste, según solía decir William Safire) y las repeticiones. No digas que, cuando niño, tu abuela solía leerte, a menos que en ese periodo de su vida, ella fuera realmente un niño, en cuyo caso probablemente desperdiciaste una mejor introducción. Si algo vale la pena de ser oído o escuchado, es muy probable que valga la pena leerlo. Así que, sobre todo: Encuentre su propia voz.

El cumplido más satisfactorio que un lector puede hacerme es decirme que él o ella sienten que me dirijo a ellos en forma personal. Piensen en sus autores favoritos y vean si no es ésta precisamente una de las cosas que los atrapan, a menudo sin advertirlo al principio. Una buena conversación es el único equivalente humano: darse cuenta de que se han señalado y entendido algunos argumentos decentes, de que había ironía y elaboración, y de que un comentario sin brillo u obvio sería casi físicamente hiriente. Es así que evolucionó la filosofía desde el symposium, antes de que fuera escrita. Y la poesía comenzó con la voz como su único intérprete y el oído como su único registro. En verdad, tampoco conozco a ningún buen escritor que fuera sordo. ¿Cómo podría uno llegar a apreciar, aún con el inteligente sistema de señas del buen Abad de l’Épée, las minúsculas punzadas y los éxtasis de matiz que imparte una voz bien afinada? Henry James y Joseph Conrad dictaron literalmente sus novelas tardías—lo que debe contarse como uno de los mayores logros vocales de todos los tiempos, aún si podrían haberse beneficiado al escuchar los pasajes que les eran leídos de vuelta— y Saul Bellow dictó buena parte de Humboldt’s Gift (El Legado de Humboldt).  Sin nuestro correspondido sentimiento por el idiolecto, la marca del modo en que un individuo realmente habla, y por tanto escribe, seríamos privados de todo un continente de simpatía humana y de sus placeres menores como la mímica y la parodia.

Más solemnemente: “Todo lo que tengo es una voz”, escribió W. H. Auden en “September 1, 1939”, su agónico intento de comprender y oponerse al triunfo del mal radical. “¿Quién puede hacerse oír por los sordos?”, preguntaba con desesperación. “¿Quién puede hablar por los mudos?”. Alrededor de la misma época, la futura Nobel judeoalemana Nelly Sachs descubrió que la aparición de Hitler la había dejado literalmente sin habla: le había robado su propia voz por la tajante negación de todos sus valores. Nuestro propio idioma de todos los días preserva la idea, sin importar cuán tenuemente: cuando un servidor público devoto muere, los obituarios a menudo dicen que era “una voz” para los sin voz.

De la garganta humana también pueden emerger terribles pesadillas: vociferantes, machacantes, quejosas, aullantes, incitantes (“la más ventosa basura militante”, como la formuló Auden en el mismo poema) e incluso riendo por lo bajo. Es la oportunidad de entonar todavía –pequeñas voces contra ese torrente de balbuceos y ruido—las voces de la inteligencia y el entendimiento lo que uno anhela. Los mejores recuerdos de sabiduría y amistad, de la “Apología” de Sócrates por Platón a la Vida de Johnson por Boswell, resuenan con los momentos hablados, no escritos, de interacción y razón y especulación. Es en conexiones como estas, en la competencia y la comparación con otros, que uno puede aspirar a dar con la elusiva y mágica mot juste. Para mí, recordar amistades es recordar aquellas conversaciones que parecía un pecado acabar: aquellas que hacían del sacrificio del día siguiente algo trivial. Esa es la forma en que Calímaco eligió recordar a su amado Heráclito:

Alguien contó, Heráclito, tu aciaga muerte, y me hizo llorar
al recordar cuántas veces ambos
tomamos el sol charlando. Tú,
mi amigo de Halicarnaso, hace tiempo eres ceniza.
En verdad, fundamenta el reclamo de inmortalidad de su amigo en la dulzura de su tono:
Mas siguen vivos, como ruiseñores, tus cantos, a los que el Hades,
que de todo hace rapiña, no impondrá sus manos.
Quizás demasiado edificante ese último verso…

En la literatura médica, la “cuerda” vocal es un mero “doblez”, una pieza de cartílago que se esfuerza por alcanzar y tocar a su melliza, produciendo así la posibilidad de efectos sonoros. Pero siento que debe haber una relación profunda con la palabra “cuerda”: la resonante vibración que puede despertar la memoria, producir música, evocar el amor, causar lágrimas, conmover a multitudes a la pena y a las muchedumbres a la pasión. Puede que no seamos, como solíamos vanagloriarnos, los únicos animales capaces de hablar. Pero somos los únicos que podemos desplegar una comunicación vocal por meros placer y recreación, combinándola con nuestras otras vanaglorias, razón y humor, para generar más altas síntesis. Perder esta capacidad es estar privado de un completo rango de facultades: es, con toda seguridad, morir más que un poco.

Mi principal Consuelo en estos años de vivir muriendo ha sido la presencia de amigos. Ya no puedo comer o beber por placer, así que cuando ofrecen venir es sólo por la bendita oportunidad de hablar. Algunos de estos camaradas pueden fácilmente llenar una sala de espectadores ávidos de escucharlos: son charlistas con los cuales es un privilegio sólo mantener el paso. Ahora, al menos puedo escuchar gratis. ¿Puede venir y verme? Sí, pero sólo de un modo. Así que ahora, cada día, voy a la sala de espera y veo las horribles noticias de Japón en la televisión por cable (a menudo con subtítulos, sólo para torturarme) y espero impacientemente que una alta dosis de protones sea disparada adentro de mi cuerpo a dos tercios de la velocidad de la luz. ¿Qué espero? Si no una cura, una remisión. ¿Y qué quiero recuperar? En la más bella aposición de dos de las palabras más simples de nuestro lenguaje: la libertad de expresión.
Aquí, versión original de este artículo, en inglés.

13.12.11

terça-feira

Hoy es martes.
Me fuí del trabajo sin terminar todo lo que queria terminar y sigo en internet sin responder todos los emails que tengo que responder. Hoy tambien quisimos comprar un arbol de navidad y Emilio no comió casi nada. Leí una muy buena nota de Hemingway y un nueva biografia en "Frontera D" titulada "La mejor vida jamas vista"



“Algunas veces imagino que escribir una novela es como salir a pescar en alta mar. En la jornada de una vida, Flaubert pescó un pescado grande llamado Emma Bovary, un pescado mediano llamado La Educacion Sentimental, y un neumático viejo llamado Salambó. Tolstoi pescó el pescado más grande de todos los tiempos. Melvin pensó que había atrapado una ballena. Cuando voy a pescar pienso en eso y luego comienzo a escribir una novela…”

  Carta a Maxwell Perkins, 1940

9.12.11

Casa de citas



“El otro día fui a la ferretería a comprar un par de tuercas flotantes para reparar mi bote. No sabía la diferencia entre una tuerca flotante y una cautiva, ¿la sabías tú? Una tuerca flotante se caracteriza por tener movimiento radial, lateral, o ambos. Una tuerca cautiva se fija de manera permanente y es resistente al barrido. Esto yo no lo sabía, me lo explicó el ferretero, un hombre sencillo, no como esos escritores de Nueva York. Pienso que así deben ser las frases que usamos en nuestros libros. Debemos comprender su uso y su fin. La frase debe resistir a la memoria cuando es importante, o, por el contrario, debe ser flexible para manejar transiciones. La frase verdadera es todo esto al mismo tiempo… Guerra y Paz es el mejor libro que conozco, Scott, imagínate qué libro habría sido si lo hubiera escrito el ferretero.”


Carta a Scott Fitzgerald, 1925.

8.12.11

Unwatchable




¿Es legítimo que organizaciones no gubernamentales lleven a cabo acciones publicitarias de alto impacto emocional para lograr sus objetivos, por loables que éstos sean ? Un debate que vuelve por estos dias con una ONG inglesa llamada Save the Congo formada en su mayoría por congoleños residentes en Reino Unido que, principalmente, se dedica a campañas de concientización e incidencia política con el objetivo último de que mejore el cumplimiento de los derechos humanos en su país. Save the Congo logró reunir a un muy selecto grupo de artistas de la industria audiovisual para crear Unwatchable, un corto que muestra fielmente lo que pasa en el Congo pero ambientada en Inglaterra.

El corto se desarrolla en una idílica campiña inglesa, en Cotswolds, sur de Inglaterra. Una familia feliz. El marido lava el coche frente a la casa, la esposa en la cocina, la hija adolescente llega del colegio, la niña pequeña juega en el jardín. De pronto, caen bengalas del cielo, arrojadas desde un helicóptero con combatientes que, como ellos, parecen ingleses. Irrumpen en la casa, y violan repetidamente a la hija adolescente sobre la mesa de la cocina mientras obligan al padre a observarlo todo. Después arrastran al padre fuera, lo matan de un tiro, le arrancan los genitales y se los obligan a comer a su mujer. Al menos parece que la niña pequeña logra escapar.

Unwatchable está basado en la historia de Masika, una mujer que tras haber sido víctima de atrocidades aún peores a las que narra el filme (ella lo recuerda bien: fue el 29 de octubre de 1999, a eso de las 5 de la mañana), ha consagrado su vida a trabajar dando apoyo a víctimas de violaciones.

Después de los brutales cinco minutos de película, se te pide que firmes una petición a la Unión Europea para que tome medidas concretas para que las compañías que comercien con minerales de la zona de los Grandes Lagos de África publiquen detalladamente sus cadenas de suministro y respeten los procedimientos obligatorios de la ONU y la OCDE. También se urge a que la UE se comprometa a tomar medidas “rápidas y severas” si cualquiera de las partes rompe los acuerdos de paz o instiga a la violencia masiva. “Durante mucho tiempo, la UE ha visto a los escuadrones de la muerte violar, saquear y cometer graves crímenes contra la humanidad, respondiendo sólo con palabras de condena”, reza la petición. No es una petición revolucionaria: sólo se exige el cumplimiento de la legalidad.

Con esta modalidad poco ortodoxa, Save the Congo pretende llamar la atención sobre un conflicto que no ha merecido demasiada atención de los medios occidentales pese a ser el más devastador desde la Segunda Guerra Mundial, con la muerte de unas 5 millones y medio de personas desde 1998, y en el que la utilización de la violación como arma de guerra es el denominador común de las diferentes facciones que luchan por el control de las zonas de extracción de estos minerales.

El debate continua: efectismo o efectividad. Vean el corto y decidan si firman la peticion y divulgan el mensaje.

 
 


5.12.11

1.12.11

Dia mundial del SIDA


El proyecto parte de la realidad cotidiana de las personas con VIH/sida en África, la vida en positivo de quienes tienen acceso a tratamiento y la importancia de los programas de prevención de la transmisión materno-infantil, al tiempo que alerta sobre las consecuencias que ya está teniendo en miles de pacientes la escasez de fondos internacionales.

Que sea éste.


La semana pasada termine de leer esta maravillosa crónica y aun estoy movilizado. Generalmente me gusta reseniar o al menos tratar de contar en algunas lineas de que va la cosa en el libro pero mejor les dejo la resenia de Juan Forn en la revista "El malpensante" que creo que esta muy bien. Esta memoria vale mucho la pena y los 85 pesitos que cuesta.

"...Un hombre cualquiera, al que vamos a llamar Emmanuel Carrère, está de vacaciones en un hotel en las playas de Sri Lanka, con su mujer y su hijo, cuando sobreviene el terrible tsunami de 2004. Los tres salen ilesos, pero una joven pareja que se les sentaba a la mesa de al lado en cada comida pierde a su pequeña hija. El hotel y la zona quedan aislados. Todo es atroz. Hay cientos de muertos y los vivos los tienen en sus caras. La pareja que perdió a su hija es francesa, como Carrère y su mujer; la nena muerta tenía casi la misma edad que el hijo de la mujer de Carrère. Casi sin conocerse, las dos parejas pasan a ser familia, en la aciaga tarea de recuperar el cadáver y dar sostén y acompañar en el dolor. Están tan íntimamente próximas y tan radicalmente distanciadas como es posible estarlo: una pareja salió ilesa, a la otra le pasó lo peor. En determinado momento, en una caótica sala de hospital, mientras esperan por el cadáver de la niña, asisten al encuentro de una mujer con el esposo que creía muerto. La sala entera queda en silencio contemplando cómo ese hombre y esa mujer se tocan el rostro y se miran atónitos a los ojos y lloran. Incluso la pareja que ha perdido a su hija se queda contemplando la escena, por un instante idos de su terrible realidad. Cuando Carrère y su mujer se echan a descansar por primera vez, horas antes de abordar el avión que los devuelva a Francia, lo único que puede pensar él, como un mantra protector, es un anhelo desesperado: que un día esa mujer a la que abraza sea vieja, y él también, y siga queriéndola. Que sigan vivos, que sigan juntos, como en esa cama, en ese momento.

Dos meses después, ya en París, la mujer de Carrère recibe la noticia de que su hermana menor tiene cáncer, y es fulminante y sin esperanzas. La hermana tiene 38 años, marido y tres hijas pequeñas. Es jueza en una pequeña ciudad de provincia. Es, además, feliz. A los quince años zafó del primer zarpazo del cáncer, pero ese zarpazo le llevó una pierna.
Eso definió su vida. Se hundió en los libros de derecho, creyó que no tenía posibilidad de ser feliz hasta que apareció alguien que no la quería porque fuera lisiada ni a pesar de que fuera lisiada: simplemente la quería. El derecho y ese hombre que le dio tres hijas son la vida de ella. Una vida pequeña, burguesa, de provincia, que acaba de entrar en brutal y acelerada cuenta regresiva. Los médicos le han explicado cómo será. La joven jueza encara su muerte con la parsimonia con que encaró cada juicio que le tocó presidir. Carrère y su mujer asisten a ese rito de despedida: llegan para verla despedirse paso a paso de sus pequeñas hijas y morir abrazada por el hombre que la amó totalmente (a quien ella le pide: “Diles que luché, que hice todo lo que pude para no dejarlas”).

Carrère tuvo delante, en breves meses, las dos cosas que más miedo dan en este mundo: la muerte de una hija pequeña para sus padres y la muerte de una mujer joven para su marido y sus hijos. “La vida me hizo testigo de esas desgracias una tras otra y me encomendó, o al menos así lo he entendido, dar testimonio de ello”. ¿Por qué dice eso Carrère? Porque, después del entierro de la jueza, conoce a un colega de la difunta, un hombre que es de la edad de ella y es juez como ella, y está felizmente casado y tiene hijos pequeños como ella, y es lisiado y víctima del cáncer como ella: ese hombre convoca a la familia para explicarle qué clase de juez fue la jueza y cómo fue la vida para ella, tal como se la confesó a la única persona en el mundo a quien podía contarle todo sin temer despertar lástima, compasión. La manera en que ese hombre les habla “no era serenidad, ni sabiduría, ni dominio de sí mismo, sino una forma de apoyarse en su miedo y desplegarlo. Era todo lo que siendo él no era él: lo que lo superaba, lo inspiraba, lo maltrataba y lo salvaba, y a lo que poco a poco había aprendido a dejar actuar”.

Hay experiencias que nos enseñan algo inequívocamente. Incluso la vecindad con ciertas experiencias puede enseñarnos algo inequívocamente. Es asombroso que eso pueda ocurrir a través de la palabra. Eso es lo que siente Carrère cuando lo ve ocurrir delante de sus ojos, en las palabras de ese joven juez lisiado. Porque ese hombre que mira a la muerte de frente habla como debería hablar la literatura, como alguna vez habló. Así intenta Carrère que hable el libro que escribe, un libro que en francés se llamó De otras vidas que la mía (en castellano se llama, más escuetamente, De vidas ajenas). Viene la desgracia y pasa su guadaña y qué queda. Hay una escena en el libro en que la jueza lisiada entra por primera vez en la oficina del juez lisiado. Al verla, éste se sonríe y se alza de su escritorio con sus muletas, para que las vea la mujer en muletas que tiene enfrente. Carrère dice: “Se reconocieron al instante”. Yo creo hace mucho en las hermandades que produce la desgracia: el nivel de comunicación casi absoluta que se da de pronto entre hermanos de desgracia. Carrère encuentra nombre a lo que estuvo asistiendo, a través de las palabras de aquel juez. Se reconoce al instante, como se reconocieron esos dos jueces. Se siente adentro de la escena, como todos aquellos que miraban a la pareja reencontrada en aquel hospital de Sri Lanka, como la familia de su mujer mirando a la jueza decir a su marido, poco antes de partir por última vez al hospital, cuando la hija menor, que es un bebé, pide que la alce la madre: “No tiene que acostumbrarse a mí porque después me echará más en falta”.

Hay ciertos libros capaces de producir lo mismo que nos hacen la desgracia, la enfermedad, la muerte, cuando nos pasa cerca, cuando nos semblantean. En ambos casos hacen que nos importe más lo que nos asemeja a las demás personas que lo que nos distingue de ellas. Quizá sea imposible vivir ahí siempre, o incluso estar ahí seguido, pero cuando ocurre es estremecedor, nos queda grabado en el adn. Lo que nos asemeja a los demás por encima de lo que nos distingue de ellos. Lo que aprendemos entre todos es lo más valioso que se puede aprender, porque no lo sabemos solos: sabemos que otro lo sabe también. Carrère logra que esa ceremonia ocurra en su libro. El juez, la jueza, su viudo con tres hijas pequeñas, la pareja que perdió a su hijita, el aleteo de esa mariposa negra que es la desgracia, y nosotros, los demás. Hay otras vidas que no son la nuestra. Si van a leer un solo libro este año, que sea éste...."

22.11.11

O crocodilo



Según el periódico "Noticias", en las margenes del río Meculumba, en el districto de Memba en Nampula habita un cocodrilo que se cree que es el responsable de la muerte de 5 personas. Los habitantes del lugar creen que el animal esta poseído por la magia negra ya que durante uno de los ataque se lo ha visto con pedazos de tela blanco y rojo en su pezcuezo. Las autoridades del lugar han acudido a los médicos tradicionalistas del lugar para tratar de remediar la situación.

Más detalles, aquí.


14.11.11

El primer elefante.

6/11/2011, Kruger Park.
Emilio y su primer elefante en África

10.11.11

Caceria de albinos

Estoy en Lichinga desde hace unos cuantos dias. Los mangos acà son mas dulces y sabrosos. En el aeropuerto de Lichinga vi un albino esperando su equipaje. Tenia un gorro muy colorido y tambien lentes de sol. El otro dia lei que cuando los portugueses llegaron a africa pensaron que los albinos eran una nueva raza ya que pese a tener el código genético de cualquier persona de raza negra, un albino tiene el pelo rubio y la piel blanca, pero no es blanco. Se trata de un ser pálido que carece de rasgos físicos caucásicos.

La suerte de los albinos en esta parte de africa creo que es un poco mejor que en el africa oriental en donde los albinos cotizan al alza en países como Tanzania, Burundi, Kenia y Uganda: cuatrocientos dólares por una mano, y hasta 65.000 dólares por el juego entero: las cuatro extremidades, los genitales, las orejas, la lengua y la nariz. Así como los católicos creen en la Virgen María y en un Dios que es tres y uno al mismo tiempo, en Tanzania sus habitantes creen firmemente que los albinos son seres mágicos que dan buena suerte y protegen de los maleficios.


"... A Gasper Elikana lo encontraron los cazadores en octubre pasado cerca de Geita, noreste de Tanzania, un pueblo ubicado en una zona rica en oro que hasta hace menos de un siglo fue colonia alemana. Siguieron sus movimientos durante semanas y decidieron atacarlo cuando iba rumbo a su casa porque creyeron que ese sería el mejor momento. Querían algo de él que pudieran vender. Había plena luz del día cuando lo agarraron a la fuerza por sus extremidades y le taparon la boca para que no pidiera auxilio, pero Gasper logró zafarse pese a sus escasos diez años y lanzó un grito que fue oído por su padre y varios vecinos. El pueblo estaba cerca y en segundos al menos media docena de adultos llegaron a ayudarlo, pero nada pudieron hacer frente a los cazadores. La lucha fue corta, intensa y desigual. Armados de cuchillos y machetes, los verdugos de Gasper hicieron un círculo impenetrable a su alrededor. Todos retrocedieron, menos su padre, que al lanzarse recibió un machetazo en la cabeza que lo mandó a una camilla del precario hospital del pueblo donde luchó por su vida durante varios días. El golpe lo dejó inconsciente, por lo que no pudo ver cómo los cazadores decapitaban a su hijo para que dejara de llorar y luego escapaban de allí con una de sus piernas, que después venderían a un brujo de la región..."

El único crimen que cometió Gasper para merecer semejante ejecución fue haber nacido albino.

El resto de la dura cronica de  Adolfo Zableth Duran en El puercoespin.                


7.11.11

Con perdón, Los living

Cuando leí que Caparros gano el premio Herralde me invadió una inmensa alegría, como cuando uno se alegra por un amigo, un hermano.

"...No hubo forma de salir de allí; días después recibí el pasaje Buenos Aires-Barcelona. Eso fue hace un par de semanas, y desde entonces fui y volví y fui y volví una vez más de la alegría a la cautela –y después fui, y volví. El premio Herralde de Novela es un premio que respeto, que realmente quería: de los numerosos premios literarios que el castellano ofrece es el que menos se relaciona con la plata, mejor con las palabras. Y la lista de los que lo ganaron es una de esas pocas donde da gusto estar. Por eso estas dos semanas fueron tensas –no hay peor miedo que el de festejar lo que no es, peor tristeza que entender que la alegría fue un error. Tenía, por supuesto, la esperanza: nada más frágil, salvo el que la guarda..."

El resto en su blog

3.11.11

Cosas que pasan una quinta feira

Me levante a las 6:43 de la mañana.
Trabaje toda la mañana en tratar de justificar el incremento del presupuesto para las actividades para el año que viene. Almorcé con un amigo, hicimos un café antes de volver a trabajar.
Leí algunos emails, leí en el periódico que muchos mozambicanos continúan bañándose en el Zambezi a pesar de que hubo un gran incremento en el numero de cocodrilos, de que mozambique es uno de los peores 4 países del mundo para vivir según el reporte del índice de desarrollo humano publicado por la ONU y de como los integrantes del G20 casi linchan al presidente griego por tratar de hacer un referéndum sobre si vale la pena seguir en el euro o no. Ellos, los padres de la democracia.
Volví a leer otros emails, se destacaba uno de un gran amigo que esta trabajando en París notificandome de que el departamento medico de la sede francesa de la organizacion en la cual trabajo habría una vacante, me pide que escriba una carta de motivacion y que me presente a concurso, que las chances son muy grandes. Pienso los siguientes 45 minutos de como debe ser vivir en Paris, caminar con E y Emilio por esas calles. Vuelvo al trabajo, respondo algunos emails, escribo un perfil de puesto para un nuevo medico. Vuelvo al informe de la ONU, veo que en el ultimo lugar es la república democrática del Congo, Niger y luego Mozambique. Imprimo un mapa, este fin de semana Emilio cumple un año y para festejarlo nos vamos de safari al parque Kruger. Vuelvo a casa y vamos todos al supermercado pensando comprar dos o tres cosas y terminamos gastando el doble de lo que pensábamos. Volvemos a casa, cenamos, Emilio se duerme mientras yo escribo estas lineas.

Algo parecido a la vida.

1.11.11

Salud sexual y reproductiva, el debate.

El  debate que comienza hoy en la Comisión de Legislación Penal sobre la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo es un hecho histórico en el país: por primera vez el Congreso de la Nación se hará cargo de una discusión que la sociedad viene exigiendo desde larga data y que personalmente considero de una importancia capital. Hace mucho tiempo que en este blog se viene hablando de este tema por lo que hoy refloto un viejo post con respecto a esta tematica. Tambien les dejo una buena  nota de la escritora Graciela Mochkofsky desde una perspectiva mas regional y la opinion de Cecilia Merchan, una de las impulsoras del nuevo proyecto apoyado por mas de 200 organizaciones que conforman la Campaña Nacional por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Lo acompañan 16 universidades nacionales, 50 diputados de todos los bloques y organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnesty International.


"...Dentro del mismo post mencione imprudentemente el deseo de que se debata el aborto legal, digo imprudentemente porque tendria que haber expresado el deseo que se debata una ley de salud reproductiva acorde a los tiempos que corren, que respete las libertades y desiciones personales pero por sobre todas las cosas que se debata con estadisticas reales y como un verdadero problema de salud publica y no con la moralidad que algunas intituciones viciadas de poder quieren imponer.

Nadie mas o menos inteligente puede estar a favor del aborto en si mismo, la gran mayoria de los que piensan "distinto" solo estan a favor de la libertad de eleccion de la mujer, no creo que exista estar a favor o en contra, eso solo son ciertos modismos de clase media y en lo que todos deberiamos estar a favor, y esto es un opinion personal, es de hacer de la salud sexual y reproductiva una política de Estado, seria y en serio, y del aborto controlado y legal una alternativa, aun cuando sea la más terrible.

Mi propia experiencia en los ultimos anos me llevo a cambiar mis ideas de una manera muy drastica, no se si vale la pena entrar en detalles legales o tal vez medicos, donde tambien la moral impone sus criterios, entiendo que hay una discusion legal y moral importante pero tambien creo firmemente que reina la hipocresia (especialmente en america latina, donde de cada tres nacimientos hay un aborto inseguro) y tambien creo que alguna vez tenemos que dejar de creer en el principio de autoridad (moral especialmente) y sacar nuestras propias conclusiones.

Ver mujeres somalies violadas por etiopies, mujeres congolesas violadas por una patrulla rebelde entera, mujeres que pedian el aborto porque sus otros cinco hijos no tenian que comer y estaban ya desnutridos me demostro que un hijo es producto del amor y al mismo tiempo me demostro siempre que, a pesar de las condiciones extremas en las que se este la desicion de abortar siempre es terrible y algunas mujeres nunca vuelven o se recuperan de esa desicion. Tambien aprendi que las mujeres que no abortan es porque pueden elegir no hacerlo, ya que tienen recursos, informacion, apoyo, medios y eso es mucho mas de lo que tienen la mayoria de las que decide abortar.

Les dejo informacion para que saquen sus propias conclusiones y no dejen que el poder de turno les marque la agenda... dejo las referencias por si alguien quiere mas informacion.

1.Los numeros.
Segun los datos de la Organizacion Mundial de la Salud cada ano en el mundo se producen apoximadamente 210 millones de embarazos, de este total mas de 50 millones de embarazos terminan en abortos inducidos. Se calcula que aproximadamente la mitad de estos abortos inducidos (25 millones) son realizados en condiciones extremas e inseguras. Aproximadamente el 95% de estos abortos inducidos en condiciones extremas se realizan en paises subdesarrollados.
Globalmente se estima que se realizan mas 55.000 abortos por dia y que hay un ratio de un aborto inseguro por cada siete nacimientos, pero hay algunas regiones del mundo, como America latina donde la relacion es un aborto inseguro por cada tres nacimientos.
En algunos paises las complicaciones producto de un aborto inseguro representan la principal causa de muerte materna, pero tambien es la causa de mas facil prevencion y tratamiento. En la Argentina las complicaciones del aborto inseguro representan 24,7% del total de las muertes maternas segun el Ministerio de salud en un informe publicado la semana pasada.

2.Discapacidades y problemas de salud.
Entre un 10% y un 50% de las mujeres que se realizan un aborto inseguro necesitaran cuidados medicos por presentar complicaciones donde se destacan los abortos incompletos, infecciones, hemorragias y danos de organos internos tales como la perforacion o el desgarramiento del utero. Tambien hay que mencionar los problemas a largo plazo tales como dolor cronico, enfermedad inflamatoria pelvica e infertilidad. El 70% de las mujeres africanas tratadas por complicaciones de un aborto inseguro tiene menos de 20 anos. La usuaria promedio de un aborto inseguro son mujeres jovenes, solteras, con falta de acceso a metodos anticonceptivos, informacion y servicios medicos . Se caracterizan por falta de contactos sociales y economicos para buscar una forma mas segura de abortar. Estas mujeres tambien se caracterizan por demorar la terminacion del embarazo cuando el riesgo de complicaciones es mayor. Los metodos y procedimientos utilizados en los abortos inseguros son numerosos y extremadamente peligrosos y no vale la pena detallarlos porque todos mas o menos los conocemos.

3.Los costos costos para los sistemas de salud.
El tratamiento de las complicaciones de un aborto generalmente requieren cirugias, dias de hospitalizacion asi como transfusiones sanguineas, antibioticos y analgesicos. La OMS documento que en numerosos hospitales de paises subdesarrollados tratar las complicaciones de los abortos consume tanto como el 50% del presupuesto.

4.Legislacion and Politicas de salud reproductivas La terminacion del embarazo esta permitida en mas de 131 paises (y en practicamente todos los paises desarrollados) tanto por razones sociales, economicas o por razones de salud o incluso personales. La gran mayoria de los paises del mundo han reconocido el aborto inseguro como un verdadero problema de salud publica en el ano 1994 en la Conferencia Internacional sobre poblaciones y desarrollo y han hecho un llamado humanitario por servicios medicos calificados pra prevenir el aborto inseguro y sus complicaciones. Los paises participantes tambien promovieron el aborto seguro en aquellos paises en los que esta permitido.

5.Por que se aborta?
La gran mayoria de las mujeres que deciden terminar con su embarazo estan casadas o conviven con sus parejas y ya tienen hijos. Entre las razones por las cuales se termina en un embarazo no deseado se deben mencionar

1. Falta de acceso a metodos anticonceptivos: al menos 350 millones de parejas no tienen acceso a informacion sobre salud reproductiva y a metodos anticonceptivos en si mismos.
2. Falla en el Metodo anticonceptivo: entre 8 y 30 millones de embarazos cada ano son resultado de una falla en el metodo anticonceptivo- uso inconsistente o incorrecto o falla del metodo en si mismo
3. Violencia sexual o violacion: estudios recientes sugieren que una entre cinco mujeres va a experimentar una violacion o un evento de violencia sexual durante su vida
4. Espectro de razones sociales y economicas: mujeres solteras, adolescentes, abandonas por sus parejas, parejas inestables, demasiados hijos para mantener o pobreza.

6.Que se puede hacer?

-Asegurar acceso universal a servicios de planeamineto familiar, especialmente en mujeres jovenes y mujeres en riesgo de sufrir abuso sexual, violacion o violencia.
-Ofrecer la posibilidad de terminar el embarazo con personal sanitario calificado, comprometido en aquellos lugares donde lo permita la ley.
-Asegurar que haya servicios de alta calidad para el tratamiento y el manejo de las las posibles complicaciones y que estos sean accesibles a traves de los sistemas de salud.
-Ofrecer informacion sobre salud reproductiva a todas las mujeres que hayan decidido terminar con su embarazo
-Educacion sexual en las en todos los niveles (escuelas, comunidades, medios de comunicacion)
-Discutir leyes y politicas de salud que promuevan la salud reproductiva y permitan el libre acceso a servicios de planeamiento familiar, de salud donde se puede desarrollar la interrupcion del embarazo si la ocasion o la mujer lo requiera...."

El proyecto que se discute hoy busca sacar de la clandestinidad a las más de 500.000 mujeres argentinas que cada año, y por múltiples motivos, deciden interrumpir un embarazo. También, generar un marco de equidad social que dé seguridad a las 70.000 mujeres que terminan en hospitales por complicaciones derivadas de abortos: de ellas mueren cada año entre 80 y 100, todas jóvenes y pobres.
Creemos que la necesidad de legalizar la interrupción voluntaria del embarazo y darle un marco normativo y sanitario es una cuestión de derechos humanos, de equidad social y de acceso a la salud. Hoy es un día histórico. La democracia afronta su mayor deuda, y el Congreso se dispone a dar un debate que afecta la vida de miles de mujeres. Bienvenida sea la confrontación de ideas con respeto y sin hipocresía.




26.10.11

2666


Hace unos días termine la novela. Después me quede con el libro en la mano por un tiempo pensando en los días transcurridos entre Mozambique y Swazilandia mientras leía la novela, mis anotaciones o las numerosas puntas de paginas que doble para adentro para tratar de ubicar los párrafos que mas me gustaron. Una especie de autobiografía mientras leía la novela póstuma de Bolaño. 
La obra consta de cinco partes (o novelas) que Bolaño recomendó –cuando ya no dudaba que su cirrosis se lo llevaría- editar en forma separada porque estimaba que sería más rentable y beneficiaría a sus herederos, pero Ignacio Echevarría (persona a quien le estaremos agradecidos de por vida) resolvió publicar todo el texto en un solo monumental libro para respetar el propósito original del autor. Las cinco partes son : "La parte de los críticos", "La parte de Amalfitano", "La parte de Fate", "La parte de los crímenes" y "La parte de Archimboldi" . Si bien cada una de las partes tiene autonomía y se sostiene sola, no serían lo mismo si no estuvieran juntas, porque hay algo que las une, algo que huele a muerte inminente, a naufragio, a totalidad.

"La parte de los críticos" relata la búsqueda que hacen cuatro críticos europeos, una mujer y tres hombres de distintas nacionalidades, de Benno Von Archimboldi, a quién admiran y sienten que es el mejor escritor alemán del Siglo XX, incluso llegan a compararlo con Kafka a quien creen incluso inferior. Archimboldi tiene una amplia obra que cada día se va haciendo mas popular e incluso su nombre suena todos los años para el premio nobel, pero nadie lo ha visto ni nadie sabe dónde está, si es que está vivo por supuesto. Ellos se juntan lo buscan a través de su vieja editora y luego lo van a buscar a México porque un estudiante mexicano, novelista frustado en Europa, tiene un amigo que le asegura que al parecer se encuentra en la ciudad de Santa Teresa. Antes de esto, los críticos van de conferencia en conferencia hablando de este escritor alemán, o prusiano como muchas veces se define, y ocurren un par de enredos amorosos con un desenlace inesperado. Llegan a Santa Teresa pero no lo encuentran. A todo esto, uno no quiso ir y luego la mujer, quien sí fue, volvió a su país natal dejando a sus dos compañeros varados en México. La búsqueda fue un fracaso, pero Bolaño nos empieza a mostrarnos el mundo del Santa Teresa y de los extraños crímenes que ocurren ahí. De paso conocemos a Amalfitano, quien es el protagonista de la segunda parte.

"La parte de Amalfitano" nos cuenta la triste historia de Amalfitano un profesor chileno, a quien su señora lo dejó porque fue en busca de un poeta loco llamado Mondragón y nunca regresó. Entonces Amalfitano, después de vivir largo tiempo en Europa, decide irse con su hija Rosa a Santa Teresa donde imparte clases en la universidad de esta ciudad. Una de las mejores imagenes de este capitulo  de este capítulo es la imagen del libro de Rafael Diestre, Testamento geométrico, colgado con dos tendedores de ropa, con las hojas abiertas, como esperando el paso del tiempo, viendo si se deteriora o si resiste; una idea que toma Amalfitano del infaltable Marcel Duchamp. Pero el factor que une éste capítulo con el siguiente es Rosa, una joven especial, simpática que a través de su mundo nos vamos enterando de la vida en Santa Teresa.

"La parte de Fate" comienza contando la muerte la madre de Óscar Fate, periodista norteamericano de color, a quien lo mandan en el periódico a reportear una pelea de Boxeo en Santa Teresa y donde se encuentra con los asesinatos a mujeres que está ocurriendo en esta ciudad, y donde nadie hace nada, donde nadie sabe nada. Esto le llama la atención y comienza a reportear el tema y no logra convencer a su jefe de la importancia del problema n para que le publique el reportaje. De paso nos muestra los bajos fondos de Santa Teresa, donde los narcotraficantes tiene plena libertad de hacer lo que se les dé la gana, sin que nadie les diga nada. Aquí conoce a Rosa Amalfitano y termina metido en un lío bastante grande, donde finalmente arranca con ella y con otra periodista, pero antes de hacerlo, van a la cárcel de Santa Teresa a entrevistar al único inculpado de los asesinatos, los cuales siguen ocurriendo a pesar de que el supuesto inculpado está tras las rejas. El capítulo termina contando las caracteristicas fisicas del imputado que es rubio, tiene los ojos muy claros y es extremadamente alto: tres cualidades con las cuales antes se nos describió nada más ni nada menos que a Benno Von Archimboldi, por lo que todo queda en intriga. 

"La parte de los crímenes" junto con la siguiente abarcan más de la mitad del libro, lo que de agradece, porque creo que son las mejores partes, donde se narran los crímenes de mujeres que ocurren en la frontera de México con Estados Unidos. Es difícil de imaginar alguien sosteniendo un relato donde se narran más de cien crímenes, con lujo de detalles, pero lo hizo y estas paginas nos demuestran el mejor Bolaño. Entrecruza historias, acaba una y comienza otra, mientras pasan los años y siguen sumándose crímenes. Nos encontramos con  Lalo Cura y la historia de su familia entre otras tantas historias que se entrecruzan, donde no faltan los narcotraficantes, el sexo, políticos, artistas, hasta una vidente hay, y por supuesto los infaltablescalifornia, pero un compañero de trabajo de él le dice que eso no puede ser, porque dejó sus libros de poesía que él mismo había pagado para que se editara. Era lo que más quería, no los podía dejar, le dice el compañero y nos damos cuenta que no sólo las jóvenes asesinadas son las que sufren, sino que gran parte de los que intentan saber algo, algo que todos esconden por miedo, porque hay dinero de por medio, porque el poder está metido. A pesar de eso hay un inculpado, un tal Klauss Haas, de quien sabemos poco pero que nos hace pensar que no es el culpable, porque mientras está en la cárcel siguen siendo asesinadas y torturadas más jóvenes, que en la gran mayoría eran obreras y no prostitutas, y nos nombra a un tal Antonio Uribe, que según Haas es el verdadero culpable y de quien no sabemos más que su nombre y algunos datos intrascendentes. El pueblo se preocupa. Las mujeres trabajaban en las Maquiladoras de la ciudad, porque si había algo que no faltaba en Santa Teresa era trabajo. Otra cosa que es que casi todas eran jóvenes y que el pelo les llegaba hasta la cintura, y que la gran mayoría morían estranguladas y violadas por los dos conductos principalmente, aunque se habla a veces de hasta siete conductos. Torturadas, violadas, incomprensiblemente, por quién sabe quién y sin que nadie haga nada. El horror se apodera del texto y nos hace recapacitar acerca de muchas cosas, sobre todo de la que en estos momentos deben estar pensando.

"La parte de Archimboldi" finalmente nos narra la vida de este extraño escritor y a la vez se nos describe gran parte de la historia de Europa del siglo XX: las guerras, los horrores que éstas produjeron, la miseria, los campo de concentración. Archimboldi es tomado prisionero cuando acaba la guerra y se encuentra con un hombre que estaba a cargo de un puesto importante entre los nazis, quien le cuenta de su pueblo y de lo que hizo con más de quinientos judíos que llegaron un día, sin saber por qué. Un pueblo decadente, donde los niños de diez años jugaban a la pelota pero todos borrachos, sin vuelta atrás. También se relatan algunos episodios de la guerra, un rumano que lo crucificaron, una condesa que luego toma un papel fundamental en la novela. Sin duda uno de los momentos decisivos es cuando Archimboldi, en Ucrania, está recuperándose y entra a una de las casas abandonadas y encuentra un manuscrito de un tal Boris Ansky, amigo de Ivánov, escritor ruso de ciencia ficción, quien asiste al entierro de Gógol, el que criticó con benevolencia su primera novela, y llora y llora y llora, y siempre recuerda esa crítica del autor de Las almas perdidas. Volviendo a Boris Ansky, la lectura de sus manuscritos le producen un fuerte impacto y después de eso se larga a escribir y se convierte en Benno Von Archimboldi. Hay una fuerte historia con su editor y la mujer de éste, la que aparece en la primera parte de la novela. Finalmente Bolaño nos hace conectar a Archimboldi con México y de alguna forma sabemos qué fue de él después de que publicó y desapareció. Sabemos lo que tanto quisieron saber los críticos y también nos enteramos quién es Klauss Haas, el supuesto asesino que está preso en Santa Teresa. Una de las
últimas historias de 2666 es la historia de un hombre que era escritor y que inventó una especie de helado, por lo que fue recordado por todos los tiempos y no por lo que él quiso, que era por sus libros.

2666 es un viaje largo, pero como sucede con las mejores travesías, avistado el puerto del final, descubrimos que hemos ganado tiempo en lugar de perderlo. Rodrigo Fresan propone pensar en 2666 como en esa escena final de Citizen Kane: un largo y elevado travelling sobre las posesiones acumuladas por un magnate, en las tripas de su palacio, a lo largo de toda una vida. Sólo que aquí no hay Rosebud ardiendo al final del recorrido y explicándolo todo. El centro oculto y el secreto del mundo permanecen invisibles e inviolables, porque las novelas y las vidas jamás gozarán del orden impuesto por los primeros estudios y los últimos magnates a la hora de cerrar una historia. 

25.10.11

La razon democratica

Y ahí es donde dudo, me sorprendo ante el método: ¿por qué señoras y señores que desconfían del juicio de las mayorías cuando evalúan un programa de televisión, un libro, una canción, una conducta, lo reivindican como valor definitorio cuando evalúan un proyecto de gobierno? ¿Por qué el hecho de que muchos voten a un candidato lo hace mejor, valioso, valedero, y en cambio el hecho de que muchos lean a Paulo Coelho, un suponer, lo convierte en un chanta oportunista? ¿Por qué la cantidad legitima un gobierno pero no, digamos, un programa exitoso de la televisión? ¿Esos señoras y señores están dispuestos a decir que las mayorías se equivocan cuando eligen ver culos contra el caño de Tinelli o cuando atacan a extranjeros pobres o cuando apoyan la pena de muerte, pero no se equivocan cuando eligen votar a tal frente para tal victoria? ¿Dispuestos a sostener que hay temas en que la cantidad sí vale como sanción y otros en los que no? ¿Dispuestos a argüir que la razón democrática debe aplicarse a las elecciones políticas pero no a las demás? Es un problema.
 

13.10.11

Quinta Feira, noite

Hace días que quiero escribir en este blog.

Tengo algunas notas para compartir:

- Apuntes de mi viaje a Swazilandia, el país con la expectativa de vida mas baja de la tierra.
- Como aprender a hacer un presupuesto,calculando nuevos pacientes mes por mes.
- De lo ricas que son las castañas de caju con Phiri-Phiri que venden en las calles.
- Describir la primera foto de Emilio en África.
- de lo que representa para mi Bolaño con sus novelas "Los detectives salvajes" y "2666".
- De los libros que E. me prometió y no me trajo


Tal vez debería contar el momento de que nos reencontramos los tres en África, de como esa sensacion de plenitud empezó a recorrer mi cuerpo, alcanzo mis extremidades y se termino transformando en un aliento vital. 

Definitivamente no necesito nada mas.

30.9.11

Sexta feira, noite.

Estoy a punto de irme a dormir.

Estoy acercándome a ese momento que uno solo hace estupideces, tratando de adelantar algo de trabajo, esperar que suene el teléfono, cambiar miles de veces los 4 canales de television que tengo desde hace hora y media. Podría estar haciendo muchas cosas pero definitivamente estoy haciendo otras. 

Hoy en la reunión de equipo decidimos que el año que viene vamos a focalizarnos mas en tuberculosis multiresistente, HIV y pediatría y mujeres embarazadas infectadas con HIV con la idea de envolver mas a la comunidad y fortalecer la sociedad civil. Faltan hacer el Plan de acción y el presupuesto, con suerte lo validen para noviembre. Tal vez el año que viene se recorten los subsidios y créditos de organismos multilaterales y fondos globales. Estamos fritos.

Acabo de escribir algunos emails, especialmente uno a E. que viene en unos días.
Le pedí algunos libros: La novela luminosa o la trilogía de Levrero, Vidas ajenas de Emmanuel Carrère, el último libro de Casas y una guía de viajes de África del sur.

Me voy a la cama a ver una película o a leer, tal vez debería dormir o tal vez debería estar haciendo esas cosas que no estoy haciendo porque estoy haciendo otras, como escribir este texto pedorro.

Mañana me voy a Swazilandia.

27.9.11

Sharing Burdens of Living With AIDS

 
 
NKONDEDZI, Mozambique — Rogerio Bernardo slung a black satchel over his  shoulder and waited by the roadside in the morning mist for a bush taxi.  In dusty wingtips, frayed pants and a gray pinstripe suit coat so big  it swallowed his slender frame, he looked like any peasant farmer  dressed up for a trip to town.        
In fact, Mr. Bernardo, who has AIDS, is in the vanguard of a promising new effort to reverse one of the most worrisome trends in treating the disease: the growing number of patients across Africa who fail to collect their lifesaving antiretroviral medicines.  

The simple solution devised by Dr. Tom Decroo, a Belgian physician working here in Tete Province for the aid group Doctors Without Borders, was to organize patients into groups of six. They would then take turns making the monthly trip to pick up refills, cutting the number of times each had to go to town — to just two a year, from 12.

A two-year test of his brainstorm here in Tete, comparing about 300 of these groups with patients who continued going alone, found that almost none of those in the groups stopped taking their medicines and only 2 percent died, according to results published in The Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. By contrast, 20 percent of the other patients quit treatment or died.

“No one abandons treatment in the group,” said Inocencio Alface, a talkative, slightly built farmer who has become Nkondedzi’s champion for people with AIDS and leads one of the village’s four patient groups. “We give each other courage.”

On a recent morning, it was Mr. Bernardo’s turn to go to town. Before he joined the group, if he was short of cash for taxi fare he needed to hike four hours through the bush to the district hospital in Zobue.
But as his group huddled against the chill, each member contributed 15 meticais, or about 50 cents, for taxi fare. They also counted out their leftover pills and noted the tally on their medical cards, so a clinician could tell whether they had taken the previous month’s pills. Mr. Bernardo tucked the cards into his satchel.
As he watched the express taxi go by, waiting for a slower one to save 35 cents on the fare, village life floated past him through the mist — women balancing buckets on their heads, men on bicycles with jangling bells, schoolchildren carrying stalks of sugar cane as long as fishing poles.

When the bush taxi finally arrived at 7:50 — it was just a pickup truck loaded with people and bags of charcoal — Mr. Bernardo clambered in for the 18-mile ride.

The study of this new approach also found that it profoundly lightened the load on the health professionals who are one of this poor country’s scarcest resources, sharply reducing their caseloads at public hospitals and clinics — and, health economists say, trimming the cost of treatment.

“We went up there and were blown away,” Dr. Kebba Jobarteh, who heads the H.I.V. care and treatment program in Mozambique for the United States Centers for Disease Control and Prevention, said after his visit to Tete. “We met five groups. They were amazing. This is a potential game changer for H.I.V.”
Dr. Decroo acknowledged in an interview that the study design for his approach did not produce as high a quality of evidence as a randomized trial would. And Dr. Tim Farley, an AIDS expert with the World Health Organization who was not involved in the research, cautioned in an e-mail that because the program was limited to clinically stable patients, the comparison with other patients might be skewed.

But Dr. Farley added, “Reducing the health-system burden from these patients is fantastic and allows the scarce clinical resources to be used for more complicated patients.”
The shifting of responsibilities for AIDS treatment from doctors to nurses to community health workers and even patients has been necessitated by Africa’s extreme shortage of medical professionals. Mozambique has only 2.7 doctors per 100,000 people, according to World Health Organization estimates; the United States has 100 times that.

When Doctors Without Borders began providing antiretroviral drug treatment to AIDS patients here in 2003, there were fears that illiterate rural Africans would not take their medicines properly. Before the expatriate doctors would even prescribe the complicated combination therapy, patients were required to show up on time for eight appointments. For the sickest, poorest patients, the bar was impossibly high. “Before the eight consultations were done they would die,” Dr. Decroo recalled.

The rules for AIDS care have eased greatly since then, but Dr. Decroo became convinced that they needed to change even more. Though more than six million people are on antiretrovirals in developing countries, the United Nations estimates that nine million patients who need them are not getting them.
“If you wait to have enough doctors and nurses to treat everyone, how many generations have to die?” he asked.

Dr. Decroo had his “aha” moment in 2006 while reading a paper co-written by Wim Van Damme, a professor at the Institute of Tropical Medicine in Belgium, who argued for a radical rethinking of how to deliver AIDS treatment in poor countries, shifting some tasks to patients. The professor described how people in rich nations with asthma, diabetes and other chronic diseases had become involved in managing their illnesses, and AIDS patients, too, were a potential resource in Africa, he wrote. “It was like a thunderbolt from the sky,” Dr. Decroo said. The idea of patient groups leapt into his mind.

The government of Mozambique has been so encouraged by Dr. Decroo’s approach that it has decided to test it in every province this year. “When patients are organized in these small groups, they’re not ashamed anymore,” said Rosa Marlene, a senior official in the medical assistance department that oversees AIDS programs. “People start respecting them because they’re stronger.”
In Nkondedzi, some groups, including Mr. Bernardo’s, do not hide the fact that they are H.I.V.-positive, but neither do they flaunt it. They join for practical reasons: to save money and time.
But the groups have also brought leaders like Mr. Alface and his wife, Margarida Isaque, to the fore. At a village meeting, Mr. Alface rose to speak. “I broke the silence,” he said. “I told them: ‘I’m taking antiretrovirals. If you see I’m healthy, it’s because of that. All those who feel in the same situation, come close to me and we will try to help each other.’ ”

Many villagers have privately approached him, and about a dozen have joined groups as a result. But Azesta Vasco came too late. She suspected that her daughter, Cesaltina Pedro, a 27-year-old with two young daughters, was sick. Ms. Pedro confided to Mr. Alface that she had AIDS and had quit collecting her medicines because she was too ashamed to tell her mother she was infected or to ask for money for taxi fare.
He got Ms. Pedro to the hospital, but she died a week later. Her two sad-eyed little girls sat with their grandmother recently in front of their hut. “She lacked money and encouragement,” Mr. Alface said.
He and his wife are now trying to fight the stigma that drives people with AIDS to hide their disease. Ms. Isaque’s nostrils flared angrily as she described a recent incident when a drunken man, in front of other villagers, said she had AIDS. Such accusations are against the law in Mozambique, and she and her husband went to the village court, demanding justice. The offender was ordered to pay her about $20 and to apologize.

The village chief, Aviso Supinho, said that Mr. Alface and Ms. Isaque had raised awareness about AIDS in Nkondedzi and that the groups had improved villagers’ lives. “If I’m sick and isolated, kept at home, I’m considered a dead body, though still breathing,” Mr. Supinho said. “But when a person is in a group, he feels, ‘I’m sick, but I count.’ ”

El articulo original mencionando el trabajo de MSF en Mozambique, en el "New York Times"

20.9.11

terça-feira

 Crater de Ngorongoro, Tanzania 2007- picture by me.


Hoy Trabajé hasta las 18:47, hora en que cerré la oficina después de ver a E. y Emilio por skype y escribirle un email a M. ya que mañana tiene un día importante y quería estar presente de alguna manera. Ya en casa vi television, comí y leí un rato 2666. Prendí el ordenador y pensé en este texto que quería escribir, solucione algunos pendientes y reflexione bastante sobre mi vida afectiva y laboral mientras volvía al texto de Bolaño. 

Mientras ceno leo el periódico "O Pais" donde se destacan la baja de la mortalidad infantil en Mozambique- hoy en Mozambique de cada 7 niños que nacen vivos, uno va a morir antes de cumplir los 5 años-, el crecimiento de los campos de refugiados en el norte del país producto de las migraciones de somalies provenientes del cuerno de África, la confirmación que fueron 17 los atletas etiopes que están fugados durante los jogos africanos y el freno judicial que sufrió una compañía africana al tratar de importar preservativos chinos a Mozambique para ser distribuidos por el ministerio de la salud, el fallo justificaba la negativa mencionando que los preservativos chinos no presentan el tamaño adecuado- son pequeños- para los estándares africanos y se corría el riesgo de que se rompan o que directamente no fuesen utilizados.

Mas tarde leí la contratapa del periódico que, lejos de parecerse a las de Juan Forn los viernes en Pagina/12, mencionaban a grupos de hienas que frecuentan por la noche los dos cementerios de la ciudad de Nampula en busca de restos humanos. Después de reflexionar un poco más sobre los aspectos oscuro de mi persona, pensé en hienas zombies y en la posibilidad de escribir un cuento.


16.9.11

Sexta feira

Me levante muy temprano.
En la manana trabaje en algunos reportes pendientes y en la orden de farmacia para el anio entrante. Recibimos la visita de una medica colombiana que trabaja aqui desde hace muchos anios, me ayudo a entender algunas cosas.
Almorcé un guiso mientras leia el periódico.
Dentro de los titulares se destacaban:
-         La mitad de las empresas moçambicanas, unas 30.000 aproximadamente no tributan impuestos al Instituto de seguridad social.
-         16 atletas etíopes que llegaron para participar de los juegos africanos se fugaron de la villa olímpica, se presume que trataran de ingresar a Sudáfrica.
-         3 norteamericanos fueron detenidos en el aeropuerto de Nampula, al norte del país por tratar de ingresar a Moçambique con armas de guerra, en su declaración manifestaron que vinieron con la idea de recobrar un barco indio secuestrado frente a las costas de Moçambique y Tanzania por presuntos piratas.
-         Se comenzara con los ensayos clinicos para una vacuna contra el HIV/SIDA.

Asi las cosas en Moçambique en esta sexta feira.